La pista de hielo abre una brecha entre comerciantes y hosteleros

nACHO MIRÁS SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Ambos colectivos difieren de la conveniencia de ubicarla en A Quintana

07 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo que para unos es blanco, para los otros es negro azabache. Compostela Monumental -el comercio del casco histórico- y Hostelería Compostela tienen visiones diametralmente opuestas sobre la conveniencia de repetir la instalación de la pista de hielo en la plaza da Quintana. Para los primeros, por boca de su gerente, José Ángel Blanco, que el firme de A Quintana se congele otra vez es fundamental, hasta el punto de que, asegura, «la campaña de Navidad del comercio depende de ello». «Un total de 25.000 personas -dice- utilizaron la pista el invierno pasado, entre diciembre y enero. Fue un éxito, un balón de oxígeno».

Con el invierno a las puertas, el Concello todavía no ha hecho público si, finalmente, la carpa transparente se plantará de nuevo frente a la puerta santa. «Se está evaluando», decía ayer la concejala de Urbanismo, María Pardo.

José Ángel Blanco afirma que los comerciantes tienen la mosca detrás de la oreja, «que aquí nadie decide nada». Y, a renglón seguido, insiste en que no queda otra opción que repetir: «A Quintana lo tiene todo, la ubicación, la instalación eléctrica necesaria y una inversión mínima que la ciudad recupera con creces; la Alameda, por contra, no es el lugar idóneo, supondría un coste muchísimo mayor, calculamos que se iría a unos dieciocho o veinte mil euros».

¿Apoyo de hosteleros?

Blanco dice que no solo cuenta con el apoyo de sus asociados, sino también, y habla en genérico, de la «hostelería». Y en este punto da en hueso. Enterado de tal afirmación, el presidente de Hospedaje de Hostelería Compostela no solo desautoriza al gerente de Compostela Monumental, sino que pone el grito en el cielo, precisamente, por lo poco oportuna que le parece una pista de hielo en plena Quintana. «Como asociación no nos habíamos pronunciado al respecto, pero ahora lo voy a hacer», dice José Manuel Otero. «Si el señor Blanco se refiere a algún hostelero a título particular, que diga cuál, porque la mayoría del colectivo, a través de la asociación que represento, no apoya tal cosa», insiste. Y añade casi sin tomar aire: «Es una auténtica barbaridad, estoy completamente de acuerdo en sacar la pista de hielo de una plaza emblemática, incluso del Obradoiro, como llegaron a proponer. Es un feísmo de tal magnitud que debería sonrojarnos solo por pensarlo».

Para el presidente de los hosteleros, una cosa es una actuación «esporádica» en la plaza y otra diferente «la instalación de una pista de hielo por una cuestión puramente mercantilista». Concluye con el deseo de que la instalación acabe finalmente en la Alameda o, de otro modo, «que nos den el primer premio al feísmo por semejante barbaridad».