El abogado santiagués se enfrentaba a una nueva causa por delitos de estafa y de deslealtad profesional
08 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El abogado santiagués Antonio Neira es consciente de que no hay mejor defensa que la que hace uno mismo y por los resultados de los casos judiciales en los que se ha visto involucrado en los últimos meses queda claro que sabe cómo sacarse las castañas del fuego. Así lo demuestra una vez más el fallo del tercer caso de estafa por el que estaba acusado el letrado y que en esta ocasión lo ha enfrentado a las demandas particulares de Octavio Prado y Dolores Carnota y a la interpuesta por el fiscal por el caso de la familia Del Río.
Apenas transcurridos cincuenta y seis días desde que fuese visto para sentencia, la Audiencia Provincial de A Coruña condenó a Neira como autor responsable de un delito de estafa a la familia Del Río, por el que, tras aplicarle la atenuante de reparación del daño, le impuso una pena de un año de prisión y multa de seis meses a razón de cien euros diarios. Del resto de delitos que se le imputaban -otro por estafa y tres más por deslealtad profesional- fue absuelto.
El resultado del fallo no ha gustado a Octavio Prados, uno de los demandantes en el caso: «La sentencia no hay por donde cogerla, no está ni motivada», declaró. A Prados, que ya se enfrentó al abogado en anteriores ocasiones y se muestra «totalmente en desacuerdo con la sentencia», no le cuadran los tiempos del procedimiento judicial: «No lo entiendo. Todas las otras sentencias tardaron seis u ocho meses en dictarse y esta la solucionaron en apenas mes y medio teniendo el auto más de veinte tomos y más de mil folios, lo que significa que ya tenían claro cuál iba a ser el fallo», comentó el demandante.
Prados acepta la resolución
En cualquier caso, Prados quiso dejar claro que acepta la resolución emitida por los jueces pero mostró su disconformidad con el tratamiento que se ha hecho del caso al no tenerse en cuenta ni las declaraciones de una extrabajadora de Neira, que declaró que era práctica habitual en su despacho cobrar en efectivo y no dar recibos, ni ciertas pruebas aportadas por él mismo ante los tribunales. «Yo respeto la sentencia, pero no la comparto y no me voy a quedar quieto. Esto no puede quedar así, porque este señor ha engañado a mucha gente», sentenció Prados, que confirmó su intención de acudir al Tribunal Supremo «para que se haga justicia».