El encaje resiste a la era «shaping»

Marta Otero M. Marras

SANTIAGO

después de que el «push up» agotara todas sus posibilidades en modernos rediseños, la moda de la lencería que esculpe la figura femenina llega pisando fuerte sin aplastar al encaje, pieza imprescindible que defiende sin tregua su territorio sexi

29 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Por Fotos

La camaleónica Rihanna se ha puesto ante el objetivo de Steve Klein para lucir la nueva colección de ropa interior de Emporio Armani, una marca que apuesta de nuevo por el clasicismo en las formas y da protagonismo al encaje y a los colores neutros en un catálogo que ha dado la vuelta al mundo a través de la Red.

Sentada sobre los asientos de cuero de un coche de alta gama, con un impactante peinado y algún que otro retoque de Photoshop, la cantante reencarna el icono de la mujer sexi en un momento en el que la lencería vive una revolución de tendencias en la que el modelo clásico amplía horizontes para dar cabida, sobre todo, a las exigencias de sus usuarias: mujeres tan preocupadas por su imagen como por la comodidad, que buscan prendas adaptadas a sus necesidades y rompen las cadenas de ciertas modas impuestas en la última década.

Entre las conclusiones más curiosas del reciente Salón Internacional de la Lencería de París se incluyen titulares como el que afirma que el tanga ha muerto, o el que asegura que más de la mitad de las mujeres no combinan su ropa interior y el 80 % nunca han usado un liguero.

Y en medio de todas estas dolorosas (para algunos) verdades, una tendencia que surge con fuerza y promete llegar a casi todos los armarios en breve: la lencería moldeadora, o shaping (apúntense el término), que tiene como objetivo esculpir el cuerpo femenino: o lo que es lo mismo, la versión reinventada de la antigua faja de la abuela. La mayoría de las firmas se han apuntado a esta moda y han sacado líneas especializadas para ocultar michelines, esculpir glúteos y disimular cartucheras, todo eso con tejidos y técnicas que apuestan por la comodidad como lema.

La conclusión, al final, es que lo más importante para la nueva generación lencería es sentirse a gusto con uno mismo y, como escribió la esquiadora Tina Maze sobre su top después de ser acusada de usar ropa interior que mejoraba su rendimiento, lo que cada una lleve sobre su piel «it?s not your business» (o lo que es lo mismo, «no es asunto vuestro»).