La finca Somoza renace tras años de olvido como centro de eventos

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La casa que Fraga quiso comprar para la Xunta está siendo rehabilitada

16 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La finca Somoza saldrá de una década de olvido y abandono gracias a un proyecto empresarial que convertirá la que pudo ser la residencia oficial de los presidentes de la Xunta en un centro de eventos. La firma compostelana Artecatering ha llegado a un acuerdo de alquiler con los herederos del doctor Somoza, que tenía aquí su casa de reposo para enfermos mentales, para utilizar dos de las tres plantas del inmueble y todo su jardín, un auténtico parque botánico de 23.000 metros cuadrados que luce otra vez en todo su esplendor tras los intensos trabajos de limpieza y jardinería que se han llevado a cabo.

Dado que la finca está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), «rehabilitación» y «respeto» son las consignas que se ha marcado Artecatering, en palabras de su gerente, Tino Carballeda. De hecho, la empresa tendrá que redactar un plan especial para poder obtener todos los permisos. Hasta se harán catas arqueológicas en la zona en la que se pretende colocar la estructura efímera de madera que acogerá el comedor, en la zona de la piscina.

Los requisitos administrativos hacen difícil concretar la fecha de apertura oficial del centro de eventos, en el que se podrán organizar desde actos de empresa hasta bodas, comuniones, cumpleaños y todo tipo de banquetes y fiestas.

Los trabajos de rehabilitación finalizarán previsiblemente en diciembre. «Había mucho que hacer. Han sido muchos años abandonada y se nota. Aquí hubo ocupas y robaron las bolas de bronce de la escalera o los apliques holandeses», explica Carballeda. Eso sí, muchas de sus joyas siguen ahí, como la biblioteca del doctor Somoza -de tres mil volúmenes- o la magnífica araña de cristal de Murano que los cacos no supieron apreciar.

La que pudo ser la Moncloa gallega

La finca Somoza fue durante años la casa de reposo en la que el doctor Somoza, un reputado psiquiatra gallego, atendía a sus pacientes que necesitaban de internamiento por sus dolencias «nerviosas y mentales», como reza la placa que todavía se conserva en la casa. El médico pasó en ella los últimos meses de su vida y después el expresidente Manuel Fraga le echó el ojo. Quería convertirla en la residencia oficial de los mandatarios de la Xunta. No fue posible. Tres teorías diferentes explican el fracaso de la operación. La primera, que el doctor era de izquierdas y nacionalista y no se la quiso vender a Fraga. Poco probable, porque se habló de mil millones de pesetas. La segunda dice que no hubo acuerdo económico. Parece raro teniendo en cuenta las cifras que se manejaron. Y la última, que la casa fue descartada porque no reunía las condiciones para garantizar la seguridad del presidente.