El ocaso del sueño berlusconiano

María Signo

SANTIAGO

El hombre que ha dominado la vida en Italia durante los últimos veinte años tiene una máxima: «quien no está conmigo está contra mí». Nuestra corresponsal en Italia reconstruye su figura.

13 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Decía el periodista Indro Montanelli que Silvio Berlusconi era «el mentiroso más sincero que existe, es el primero en creer sus propias mentiras». Conocía bien esta figura controvertida que ha dominado la vida de Italia en los últimos 20 años y que desata sentimientos opuestos: se le ama o se le odia. La máxima del berlusconismo es tajante: «Quien no está conmigo está contra mí».

Silvio Berlusconi era un exitoso empresario de la construcción y de la televisión que había construido un ambicioso barrio, Milano 2. Con el fin del monopolio televisivo había aprovechado una artimaña para transmitir a nivel nacional con una red de pequeñas emisoras. Su amigo, el presidente del Gobierno socialista Bettino Craxi, le había ayudado legalizando sus televisores.

También había comprado el equipo de fútbol A. C. Milan, al que inyectó generosas sumas de dinero a fin de convertirlo en el primer club de Europa.

1 La entrada en política

El anuncio de su entrada en política lo hizo Silvio Berlusconi con una cinta de vídeo en la televisión. Eran los años de Tangentópolis, con el sistema político en crisis por las investigaciones de los jueces de Manos Limpias. Las razones de su decisión gustaron a los italianos cansados de escándalos: amor a la patria, honradez, responsabilidad. Sus opositores hablaban de conveniencia personal: en aquel momento su imperio atravesaban una crisis y Craxi había caído en desgracia. En caja quedaba poco dinero y varias empresas estaban hipotecadas.

2 La presidencia del gobierno

En las elecciones de 1994 la máquina de Mediaset trabajó con la misma táctica publicitaria con que se venden baterías y colchones. El nuevo partido, bautizado como Forza Italia, entró con la fuerza de un ciclón en los hogares de los italianos y Berlusconi ganó. Pero la experiencia de gobierno fue corta, hasta que Liga Norte le retiró el apoyo.

La siguiente cita con las urnas la ganó Romano Prodi, pero en el 2001 volvió al poder. Con Liga Norte había firmado la paz y además contaba con el apoyo de la derecha fascista de Gianfranco Fini y de los centristas de Pierferdinando Casini. Su segundo Gobierno batió el récord de duración en Italia y no sin dificultad: consiguió acabar la legislatura.

De nuevo en el 2006 Prodi ganó las elecciones por un estrecho margen. Fue una derrota mal digerida por Il Cavaliere, que, enfurecido en sus entrañas, lanzó un nuevo proyecto junto con Fini, para unir a toda la derecha italiana: el Pueblo de la Libertad. Así ganó Silvio Berlusconi las elecciones del 2008, pero pronto se evidenciarán diferencias con su socio, con el que acabó rompiendo tras un polémico congreso.

3 El conflicto de intereses

Desde su entrada en política, se empezó a hablar del conflicto de intereses. Como jefe de gobierno y como empresario Berlusconi llegó a controlar el 90 por ciento de la televisión: Mediaset y al tiempo los canales públicos de la Rai. Su influencia se extiende a la prensa escrita con periódicos y revistas y con la editorial Mondadori. La organización Freedom House califica a Italia como «parcialmente libre».

4 El masón Berlusconi

Silvio Berlusconi tuvo el carné número 1.816 de la logia masónica P2. Hay documentos que lo prueban aunque él lo haya negado. La P2, dirigida por Licio Gelli, intentaba introducirse en el Estado italiano con el fin de acabar con la democracia. Hay quien ve muchas semejanzas entre el programa original de Forza Italia y el de la P2.

5 Contactos con la mafia

Las ambiguas relaciones de Silvio Berlusconi con la Mafia son objeto de numerosas investigaciones judiciales y periodísticas. Su estrecha amistad con el abogado Marcello dell?Utri, condenado por asociación mafiosa y al que siempre ha defendido, levanta sospechas. Además en su residencia de Arcore trabajó el mafioso Vittorio Mangano. El «arrepentido» Giovanni Brusca ha hablado en ocasiones de contactos entre Berlusconi, Marcello dell?Utri y mafiosos de Palermo para que apoyaran a Forza Italia, pero las investigaciones desarrolladas al efecto no han conseguido probar nada.

6 Amistades peligrosas

En el círculo de amistades de Berlusconi, además de fieles como Dell?Utri o Fedele Confalonieri, está poblada de dudosos personajes, como el empresario Giampaolo Tarantini, que le llevaba chicas a sus fiestas, el periodista Emilio Fede o el representante Lele Mora, asiduos del bunga-bunga.

A Gadafi lo recibió el pasado año con todos los honores, mientras que con Vladimir Putin dicen que le une algo más que el poder y el regalo de una cama. El mes pasado estuvo en Rusia un largo fin de semana para celebrar el cumpleaños de su amigo.

7 Problemas con la justicia

Entre los defensores de Il Cavaliere se habla de un complot de la Justicia, mientras sus opositores aseguran que la entrada en política le ha servido para evitar condenas. El propio Berlusconi se califica como «el hombre más perseguido del mundo»: asegura haber asistido «a más de 2.500 audiencias» y sus ataques a la magistratura son constantes.

Actualmente tiene pendientes cuatro causas: el caso Mills, acusado de pagar al abogado para que testimoniara a su favor, los casos Mediaset y Mediatrade, por fraude fiscal en la compraventa de derechos de televisión, y el caso Ruby, en el que está acusado de prostitución de menores.

Algunas de las causas acabaron en prescripción o absolución al haber cambiado la ley. Así fue en todas aquellas en las que estaba acusado de balance falso.

8 Leyes «ad personam»

Berlusconi ha sido acusado de haber utilizado el poder en su beneficio con leyes que le favorecían, como el cambio del derecho societario que despenalizaba el balance falso o la ley de telecomunicaciones que salvaba uno de sus canales televisivos. Las leyes a su favor son numerosas: abolición de la exención del Iva a Sky, leyes de protección fiscal, etcétera.

Para protegerse de las causas judiciales intentó la aprobación de varios escudos que evitasen su presencia en los tribunales, pero fueron declarados anticonstitucionales.

9 Escándalos sexuales

En el último Gobierno de Berlusconi se han sucedido los escándalos sexuales. Primero fue su mujer Verónica Lario, quien ofendida por el comportamiento de su marido con Mara Carfagna escribió una dura carta en La Repubblica. La reconciliación duró poco y en mayo del 2009 ella anunciaba el divorcio aduciendo que no podía estar «con un hombre que frecuenta menores». El desencadenante fue la fiesta de 18 años de Noemí Letizia. Se empezó a hablar entonces de fiestas donde se practicaba el bunga-bunga. De las grabaciones de la prostituta Patrizia d?Addario en la cama de Putin se pasó a la sobrina de Mubarak, la menor Ruby, por la que intercedió ante la policía para que la dejasen libre de la acusación de robo. Las chicas de la Via Olgettina recibían dinero, joyas, coches y recomendaciones. Hasta 32 millones de euros se gastó Berlusconi en el 2010, ya en plena crisis. Quien las reclutaba era la consejera regional Nicole Minetti.

10 Imperio y herederos

Antes de tomar la decisión de dimitir, Berlusconi se reunió con dos de sus hijos y con su fiel amigo Fedele Confalonieri. Marina dirige el grupo editorial Mondadori, condenado a pagar un enorme resarcimiento a su antiguo propietario Carlo de Benedetti, mientras Piersilvio se encarga de una televisión que pierde audiencia.

El divorcio de Verónica Lario aún está pendiente, ya que ella pide para sus hijos, Barbara, Eleonora y Luigi, la misma cuota de herencia. Así, la parte de los tres hermanos superaría la de los mayores, lo que no gusta a Il Cavaliere. A Barbara, madre de dos hijos, la ha nombrado consejera del Milan, donde ha encontrado a su nueva pareja, el jugador Pato.

11 Meteduras de pata

Las salidas de tono de Berlusconi son conocidas por todas las cancillerías. La foto de los cuernos en Cuenca dio la vuelta al mundo, al igual que la grabación en la que la reina Isabel II le reñía por sus gritos al presidente Obama.

En Italia la llaman la «política del cucú», por la sorpresa que una vez le hizo a Angela Merkel. De ella nadie olvidará la cara de desolación ante la interminable llamada telefónica en la cumbre de la OTAN así como el reciente calificativo de «culona». La lista es infinita. En Italia también ha llamado «gilipollas» a los votantes de izquierda.

12 La vida es un espectáculo

En su afán por aparecer simpático, no duda en contar chistes subidos de tono en medio de una reunión o en cantar una balada acompañado de su fiel Mariano Apicella, un cantante napolitano con el que ha grabado varios discos. Todo en él está estudiado: se ha hecho algún retoque facial y está muy satisfecho del trasplante de pelo. Nunca aparece sin maquillaje y zapatos con alza y se viste con trajes cruzados que lo adelgazan. Hace un mes cumplió 75 años, buena edad para jubilarse.