Los servicios de comunicación del elíseo planearon al milímetro los rumores sobre el embarazo de la primera dama francesa desde hace semanas. la confirmación de la noticia, con el rival político de sarkozy acusado de violación, tampoco es casual.
22 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Nada es casual cuando se trata de Nicolas Sarkozy. El embarazo de Carla Bruni llegará previsiblemente a feliz término en octubre, como aperitivo de una campaña electoral que se le plantea bastante menos complicada tras la caída del favorito Dominique Strauss-Kahn. Su confirmación oficiosa llegó al mismo tiempo que las imágenes del dirigente socialista esposado y rodeado de otros presuntos delincuentes esperando turno ante el juez. Detrás de estas sospechosas coincidencias no está el azar, sino una célula de crisis creada en el seno de los servicios de comunicación del palacio del Elíseo.
Todo se planeó cuidadosamente para que el rumor fuera ganando terreno poco a poco. Antes incluso de las primeras confidencias a esos amigos de confianza que empezarían a insinuar que algo sabían. Nadie desmintió a la revista Closer cuando el 23 de abril salió hablando de embarazo. Tres días después «sorprendieron» a la primera dama cuando visitaba al ginecólogo para la primera ecografía.
Sus colegas de Voici se enteraron la misma semana de que había ido de compras. Túnicas y pantalones holgados en la tienda de H&M en la popular Rue Rivoli. Un modesto gasto de 300 euros. Las malas lenguas recordaron entonces los 20 kilos que engordó hace 10 años cuando esperaba a su hasta ahora único hijo, Aurélien.
EL LENGUAJE DEL CHAL
El Elíseo ni desmiente ni comenta asuntos privados. La máquina ya estaba en marcha cuando Carla pasó a la acción. El 29 de abril recibió a un grupo de lectores del diario Le Parisien armada con un chal. Con él en una mano y la otra sobre su vientre, empezó una especie de juego con los fotógrafos, que no pudieron sacar imágenes de la tripita. Los lectores le preguntaron y su excusa para rehuir el asunto dejó a todos de una pieza: «Tengo la boca cosida para proteger su trabajo [el de su marido], porque luego estas cosas se llevan todo el espacio» (en los medios de comunicación).
La ex modelo y cantante sí le contó la verdad a Woody Allen para justificar su ausencia en la alfombra roja de Cannes, a pesar de sus tres minutos de protagonismo en la última película del neoyorquino, que reconoció estar «feliz por ella, que vive un momento formidable».
Empezaron a salir detalles, no siempre exactos: el embarazo no sería de gemelos. Pero un periódico alemán y otro italiano se hicieron con la confirmación de los abuelos: esperan un único bebé, para el otoño, y cruzan los dedos para que llegue por fin una niña, la primera de los Sarkozy-Bruni. A pesar de que están «locos de alegría», Closer ha dado a entender que no toda la familia aplaude la buena nueva: Sarkozy no ha conseguido que los cultos y millonarios Bruni-Tedeschi lo acaben de aceptar como uno de los suyos.