«La colección de cuentos del Camino de Santiago es un lugar de encuentro de padres e hijos»

A. Canide SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

El escritor dice que los libros que regalará La Voz a partir de este domingo interesarán a los niños, y también a los mayores

30 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

En más de diez años de trayectoria literaria, Pere Tobaruela (Barcelona, 1965) ha publicado para niños, jóvenes y adultos en catalán, castellano y gallego. Desde hace cinco vive en Santiago. La colección O Camiño conto a conto que este domingo lanzará la edición compostelana de La Voz de Galicia es, afirma, un lugar de encuentro para padres e hijos.

-¿Como atleta (ostenta el actual récord gallego de veteranos en 10 kilómetros marcha) cree, igual que Murakami, que correr y escribir son una prueba de esfuerzo, de tenacidad?

-El atletismo es el cultivo de la frustración, igual que escribir. Si superas la frustración, escribes. El atletismo curte muchísimo, te marca los límites. La hoja en blanco es un límite terrible.

-La peregrinación es esfuerzo, sudor, ampollas en los pies...

-Yo he hecho el Camino y, aunque acostumbrado a la marcha atlética, ha sido un esfuerzo personal. De eso también habla O Camiño conto a conto.

-¿Es fácil situar una ficción en el Camino de Santiago?

-El máximo reto de estas nueve historias para mí fue imaginar esas anécdotas, como decía Kant, que suban la categoría, que me sirvan para explicarlo todo y llamar la atención de los niños y, también de los adultos, sobre lo que se puede descubrir a través del Camino, un mundo que se abre.

-No son solo para niños...

-Estos cuentos son un lugar de encuentro para padres e hijos. Un cuento en el cuerpo central de la publicación, dirigido a los niños, pero también les digo a los padres: por qué no los leéis vosotros, leedlo en voz alta. ¿Por qué perder la infancia cuando somos adultos? Además, en las columnas laterales que hay en todas las páginas se intenta resumir lo más destacable de las rutas de peregrinación. Los cuentos son un espacio para compartir de padres e hijos.

-¿Qué le resulta más difícil, escribir para adultos o para niños?

-Me lo paso mejor escribiendo para niños, porque tengo la sensación de que estoy jugando, pero eso no quiere decir que sea más fácil. Se trata de dominar el registro expresivo.

-¿Con simpáticos animales como protagonistas es más fácil ver el mundo infantil?

-No me lo planteo. Escojo un personaje y soy consciente de que el niño ya me acompaña.

-¿Qué lectura ha hecho del año santo en estos cuentos?

-La primera intención es: estamos en Galicia y tenemos un año santo que tiene un enorme potencial para venderlo literariamente al exterior. Segundo: la colección se enmarca en Galicia, aquí hay un mundo del Camino de Santiago que nos pertenece y que desconocemos. Además del viaje religioso, del cultural, del conocimiento del país, del conocimiento de uno mismo, del recorrido por nuestros defectos para verlos y poder corregirlos... El Camino de Santiago es conocimiento en el sentido más amplio de la palabra.

-Además, hay moraleja.

-En los cuentos se sacan conclusiones. Hay algo de los cuentos de Lucanor, una historia y una moraleja.

-Y mucha magia.

-La magia es el punto de partida. Si no te crees que un palleiro o un dromedario pueden hablar... son personajes mágicos, y eso culmina en el último cuento: Andrea, la reportera de La Voz, se encuentra con todos los personajes. Aquí está la magia, la ilusión, la recuperación de la infancia.

-¿Le preocupa someterse al juicio de un público infantil?

-Me preocupa que los niños se metan en la historia y disfruten. El escritor es el medio, no la finalidad. El gran triunfo es que el escritor desaparezca y el cuento consiga impregnar al niño.

-¿El contenido didáctico ha sido una servidumbre para la ficción en los cuentos?

-Ha sido una condición imprescindible y forma parte del cuento. Lo complicado es que ese contenido no se note, para que no resulte aburrido. Se trata de coser bien esa información.