Los famosos se lanzan al Camino

Xosé M. Cambeiro SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

La principal ruta jacobea incrementa su atractivo y reclama inversiones, que también demandan las otras sendas jubilares

18 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Camino zigzaguea rebosante de peregrinos de las más diversas nacionalidades y procedencias. Y en los distintos medios que permite la Compostela. Muchos dicen al volver que la ruta jacobea les ha cambiado la vida. Y hay casos donde se ve ciertamente que así ha sido, como el del humorista alemán Hape Kerkeling. Con los cuatro o cinco millones de ejemplares que ha vendido de sus peripecias en el Camino vive mucho mejor en sus tierras teutonas.

A la inmensa mayoría de los caminantes la experiencia les ha llenado de otras maneras y les ha lubrificado el espíritu. Muchas agendas se llenan de números y direcciones y más de una pareja de romeros adquirirán alianzas nada más regresar a su punto de partida. Ese mundo abigarrado puebla ahora mismo los diferentes tramos jacobeos de España y del continente. Y, como dijo Paolo Caucci, refleja más la unidad europea que ningún otro signo continental.

El Camino está en la boca de todos y es promesa de famosos y mundialistas. Torres, Marchena, Busquets e Iniesta expresaron ese compromiso nada más alzar la copa deportiva más importante del planeta. A Luis Aragonés todavía le están esperando en el Obradoiro. Son caras que difícilmente se pueden esconder, como el abogado de Cruz y Raya. Los rostros populares trasladan la popularidad a la ruta. Por cierto, exhibió más reflejos que Casillas el portavoz popular Conde Roa al lanzar la invitación a los mundialistas para que ofrenden su triunfo al Apóstol, aunque no en una misa flamenca. El grupo de gobierno se quedó algo encanijado con la iniciativa (venga o no venga el combinado), lógica por otra parte dados los antecedentes de la selección.

Por lo de pronto, la ofrenda por excelencia la hará el Rey Juan Carlos. Si va por etapas jacobeas no volverá a realizarla hasta dentro de once años, con unas cuantas canas reales más, aunque hay eventos compostelanos por el medio, desgranados por Caucci, capaces de volver a suscitar la atención del monarca. Ha de haberlos, porque de lo contrario esta endécada se le va a hacer a la ciudad muy larga.

Lo que sí va a haber es tiempo suficiente para valorizar el Camino de Santiago, de forma que el buzón de críticas se vaya quedando cada vez más vacío para hacerle sitio a las loas. Hay mucho que bregar en la recuperación, dotación y mejora de la principal ruta jubilar, empezando por la señalización, que constituye una queja muy reiterada en las oficinas de la rúa do Vilar.

Pero no solo de la ruta francesa vive el Xacobeo. Todos los caminos conducen a Roma y a Santiago, pero ocho caminos jacobeos desembocan en Compostela y merecen un mínimo trato como tales. Hace unos días este redactor recorrió a patas el breve itinerario entre Padrón y Compostela, suficiente para ver sus vergüenzas y sus riesgos viales. Para tropezar de bruces (un hueco subterráneo, por favor) con la nueva vía de As Galanas. Y para sufrir la tortuosa e inacabable senda que culebrea por el propio municipio compostelano, donde surge la tentación de apearse en marcha (¿realmente los antiguos peregrinos eran tan enrevesados?)

La Xunta puede empezar ya a hacer suyos estos Caminos y a dedicarles los mimos que les han regateado hasta ahora. Hace unos años este redactor acudió a las instancias autonómicas para abordar la protección de un elemento patrimonial del Camino portugués, y la persona encargada de la oficina jacobea le espetó: «Pero aquí non temos nada diso». Ni los pañales había adquirido la consellería para esas rutas menos pisadas e ignotas. Uno podría cultivar patatas en un trayecto de dos kilómetros con el único riesgo de que las hurtaran los peregrinos.

Once años no son pocos años para valorizar en la medida de lo posible ese patrimonio, fraguado por borceguíes de las más diversas procedencias. El consuelo es que, con el auge jacobeo, este legado no va a quedar bajo las xestas.