A primera hora de la mañana la mayoría de los locales estaban abiertos, pero a partir de las doce del mediodía, el seguimiento de la huelga superaba el 90%
18 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Los establecimientos comerciales de la ciudad respondieron de forma desigual a la convocatoria de huelga realizada por las tres centrales sindicales, CC.OO. CIG y UGT. A las diez de la mañana, la mayoría de los establecimientos del casco histórico, San Pedro y Ensanche tenían sus puertas abiertas y atendían con cierta normalidad a los primeros clientes del día. En la rúa Algalia de Arriba y Calderería solo dos comercios optaron por no abrir sus puertas, mientras que en Preguntoiro el número era algo superior. Algunos comerciantes de la rúa Calderería apuntaron que las cerraduras de varios locales de Preguntoiro tenían silicona, lo que impidió la apertura.
El panorama del comercio cambió a lo largo de la mañana. Poco después de las diez, los primeros piquetes informativos formados por un número pequeño de sindicalistas recorrieron el Ensanche y, a su paso, las rejas de los locales iban cayendo. Al mismo tiempo, el piquete fue creciendo en número al nutrirse de numerosas trabajadoras, especialmente, de los establecimientos de cadenas del sector textil. Tras pasar por el establecimiento de Adolfo Domínguez en República do Salvador, los empleados del local de A Senra recibían la orden de los responsables de la firma para cerrar.
En torno a las once y media, los piquetes se concentraron en la praza de Galicia donde se dividieron en dos grupos, con el fin de abarcar el casco histórico y otras calles del Ensanche. El del casco histórico inició su andadura por la rúa das Orfas, donde se concentraron ante un comercio de bisutería cerrado, pero con el personal en el interior. A pocos metros, las trabajadoras de un comercio de calzado optaron por cerrar las puertas al oír los gritos después de escuchar el estampido de un petardo, que arrojaron en el interior de un comercio de bolsos. Una de las trabajadoras apuntaba su temor a que no le renovarán el contrato, que se le termina el próximo mes, si optaba por secundar la huelga.
Con la proximidad de los piquetes, otros comercios de ropa y de fotografía de Calderería optaron por cerrar las puertas antes de la llegada de los piquetes. En una de las zapaterías de Calderería, la propietaria alegaba ser autónoma y no entender las razones por las que ella tenía que cerrar el local.