Los beneficiarios de la aseguradora privada Adeslas pueden quedarse en Santiago sin un hospital de referencia a partir del 1 de enero, al haber denunciado el convenio con la compañía los dos centros privados que tenían asignados en la ciudad, La Esperanza y La Rosaleda.
En La Esperanza incluso han colocado notas informativas sobre el asunto. La gerente, Rocío Mosquera, afirma que «si antes del 31 de diciembre no se renegocia el convenio, que hemos denunciado en tiempo y forma, no atenderemos desde enero a ese colectivo». Mosquera afirma que carece de datos sobre el volumen de afectados, aunque «son numerosos, porque se trata de la aseguradora privada con más afiliados en la provincia. En nuestro hospital atendemos consultas, cirugía, partos, radiología y pruebas de laboratorio».
El gerente de La Rosaleda, Rafael Silva, asegura que «llevamos varios meses intentando negociar y ahora mismo el acuerdo parece bastante lejano, aunque nos mantenemos abiertos al diálogo. En caso contrario a partir del primero de enero no atenderemos a esas personas».
Miles de urgencias
Este seguro lo tienen contratado numerosos beneficiarios de la Seguridad Social, que pagan una cuota complementaria; y también funcionarios adscritos a Muface, como profesionales de la enseñanza.
«En el área sanitaria hay numerosos afiliados a Adeslas, calculamos que sobre 40.000. En nuestro centro atendemos cada año unas 15.000 urgencias, entre 1.200 y 1.500 operaciones, y 2.500 estancias a mayores de ese colectivo; vienen de la ciudad, Teo, Ames, Brión y otros municipios limítrofes, y también de Barbanza y de la zona de Lalín y A Estrada», agrega Rafael Silva.
Parte de la demanda que va a esos dos centros podría tener como destino el CHUS, lo que contribuiría a agravar más las listas de espera.