Entrevista | Jacobo Remuñán López FOTÓGRAFO Sus imágenes ilustran el calendario de este año que edita el Ayuntamiento
28 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.Jacobo Remuñán nació en Santiago hace hoy 46 años y un día. Vive en Brión con su familia. Allí dirige la asociación de padres de alumnos local y disfruta de la compañía de sus caballos. Viene de una larga saga de santiagueses: su padre es un reconocido profesor de Derecho, su abuelo frecuentó la compañía de Valle-Inclán y su bisabuelo compró la Casa da Concha con el dinero que obtuvo vendiendo sus tierras en Lugo. Este año su obra fotográfica formará parte de la vida diaria de los vecinos de la ciudad, sus fotos ilustran el calendario del Concello. -¿Cómo surgió lo de hacer el calendario? -Al principio pensé en uno en color. Así que reuní más de ochenta fotos y las llevé al Ayuntamiento para ver si interesaba alguna para el calendario. Yo soy autónomo y tengo que venderme. El coordinador, Felipe Molinero, se interesó y me preguntó por las que tenía en blanco y negro. Finalmente, utilizaron algunas de las publicadas en el libro Sombras de pedra: unha mirada máxica a Compostela. De hacer las copias se encargó Tino Martínez, que es un experto en revelado. -A mí me gusta mucho la de enero, la cara de la estatua de piedra. -Es una de las figuras del parteluz del Pórtico de la Gloria, está muy cerca de la huella de la mano. Es increíble como esas figuras cambian con la luz. Estás allí, y al verlas, te enrollas y empiezas a sacar fotos. Intento que parezcan personas y no seres de piedra. -¿Cómo es una buena fotografía? -Una foto buena te tiene que llegar al alma cuando la ves. Tiene que ir del ojo al corazón en décimas de segundo. Da igual que el tema sea bonito o feo, tiene que ser algo instintivo. -¿Todos los fotógrafos son unos «voyeur»? -(Se ríe) Sí. Sí que soy muy voyeur, y, a veces, miro descaradamente a cosas y personas. Al fotógrafo le divierte, le encanta ver. Cuando doy paseos a caballo, me encanta mirar la niebla. también me impactan los eucaliptos quemados, aunque demuestran que este mundo está muy mal cuidado -¿A qué se refiere? -A que está mal cuidado. ¿Para qué hace falta una nueva autovía si no se respetan los viejos caminos? Das un paseo por el bosque y, de golpe, ¡zas! Te encuentras una carretera en el medio. Deberían haber respetado esos caminos porque forman parte de lo que somos. Le llaman progreso a la nueva autovía, pero yo llamaría progreso a un entorno hecho a medida de los animales y las personas. Al querer ser tan modernos olvidamos quienes somos. -Del feísmo mejor no hablar. -Ocurre lo mismo. Santiago está intacto, pero en las aldeas tiran casas históricas y construyen aberraciones. Es necesario poner normas para evitar que siga ocurriendo.