Reportaje | El Observatorio Astronómico estrena telescopio Su espejo principal tiene 62 centímetros de diámetro, un tamaño que sitúa al nuevo telescopio de la USC entre los mejores de las universidades españolas
19 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.Todavía no está bautizado. Por lo que todo el personal que trabaja en el Observatorio Astronómico de la Universidad lo conoce como el telescopio ruso, el país en el que fue construido. Llegó a Santiago a finales de octubre y su instalación le llevó a los técnicos rusos unas tres semanas. Ahora este enorme catalejo de unas dos toneladas de peso y más de dos metros de largo, ocupa uno de los primeros puestos en el ránking de telescopios de las universidades españolas, aunque todavía está por debajo de los centros de investigación, en donde pueden encontrarse espejos de más de dos metros de diámetro. Ayer mismo el rector compostelano, Senén Barro, realizó una visita para comprobar in situ la eficacia de este aparato cuya distancia focal supera los seis metros. Finalidad El telescopio ruso, cuyo precio en el mercado actual es de 300.000 euros, servirá para profundizar en la principal línea de investigación del Observatorio Ramón María Aller, las estrellas dobles y múltiples, de las que podrán realizarse astrometrías -posiciones relativas de una respecto a la otra-; fotometrías -estudiar las componentes variables de estas estrellas- y en un breve plazo de tiempo también se harán espectros de los astros. La llegada de esta nueva instalación al Observatorio no impedirá que los cinco profesionales que trabajan en este lugar, y ocho colaboradores, sigan viajando a otros centros de España y el extranjero. De hecho, la USC tiene permiso del 3 al 10 de febrero para utilizar uno de los telescopios del Observatorio Hispano Alemán de Calar Alto (Almería), en concreto el que tiene un diámetro de 1,52 metros. Menos luces El director del Observatorio, José Ángel Docobo, señaló ayer que pese a que se obtendría un rendimiento mayor de los telescopios del centro si estuvieran más alejados de la ciudad, influye mucho el número de luces de la ciudad, que muchas veces llevan a cabo un consumo innecesario porque proyectan la luz hacia arribe. De ahí que el responsable de este centro pida que se empleen farolas como las que se ubicaron en el Monte Pío, que sólo proyectan su luz hacia abajo.