Amor

Pilar Alonso López RELATO

AL SOL

25 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Me armé de valor.

-¡Qué guapa eres!-, exclamé.

Sus ojos chiribitearon y pareció quedarse sin palabras. A mis mejillas subió un rubor insoportable, tan grande que ella ni me podía mirar, posiblemente por si se contagiaba.

-Chiribitear no existe-, comentó, mientras clavaba sus ojos en los míos y sonreía luciendo su perfecta dentadura.

Yo seguía muerto de vergüenza, pero me atreví a balbucear.

-¿Te he molestado?

Rozó suavemente mi mano, mientras me dedicaba la mirada más cariñosa del mundo.

-No, Diego. Nada de lo que tú hagas o digas me puede molestar.

Después de tragar saliva me envalentoné.

-Entonces, ¿mantenemos la promesa que nos hicimos de niños, de que tú eres mía y yo soy tuyo?

¡Dios, qué vergüenza estaba pasando!

La miraba esperando sus palabras, como si en ello me fuera la vida. ¡Y me iba, por supuesto!

Tras un largo paréntesis -una eternidad- me miró a los ojos, ladeó su cabeza como solo ella sabía hacer, y me dijo:

-Dejemos que el tiempo lo decida.

Esa misma noche -sería mi instinto de supervivencia- me desenamoré…

Pilar Alonso López, funcionaria, 56 años, A Coruña.