La ría: la AP-9 gallega de hace 25 siglos

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

MARCOS GAGO

La provincia se reivindica como pieza básica del tráfico marítimo atlántico de mano de la Ruta de los Fenicios

23 nov 2018 . Actualizado a las 15:57 h.

El mar era la vía de comunicación más rápida de la Galicia de hace 25 siglos. Hacía la función que hoy cumple la AP-9 a la hora de enlazar las distintas comarcas gallegas y servir de principal ruta de transporte de personas, productos e ideas con el resto de la Península Ibérica y aún más allá. Por el mar venían las tecnologías nuevas, el comercio, los productos exóticos y más de una vez los enemigos. Y era ese mismo mar la vía de exportación y la forma de integrarse en un mundo de navegantes intrépidos como refleja la inmortal Odisea. Siglos antes de que las calzadas romanas conectasen todas las provincias del Imperio de los césares, el mar era la autopista por excelencia y los fenicios sus dueños y señores en cuanto a la fachada atlántica peninsular se refiere.

Por este mismo mar los arqueólogos creen que los gallegos tuvieron los primeros contactos con los fenicios. Estos eran un pueblo originario de lo que hoy es el Líbano, que creó colonias por todo el Mediterráneo y que compitió con los griegos por el control de las rutas internacionales. Los fenicios perdieron la partida frente a unos nuevos competidores, los romanos, pero eso es ya otra historia. En su época de esplendor, las Rías Baixas eran tierras remotas para los fenicios de Gadir (Cádiz), pero una región prometedora, donde buscaban estaño. Debían ver en el noroeste algo parecido a como los españoles del siglo XVI se imaginaban América, un vasto mundo lleno de posibilidades.

Los hallazgos de excavaciones en A Lanzada (Sanxenxo), Castro Alobre (Vilagarcía), O Muíño do Vento (Vigo) y O Facho (Cangas) sumaron indicios y, luego, restos materiales suficientes para introducir de lleno al mundo galaico antiguo en las rutas marítimas de los fenicios. Precisamente por esta razón Carmela Silva inauguró ayer una exposición en el pazo de la Diputación, donde se celebra esta semana la asamblea estatal de la Ruta de los Fenicios. Es la puesta de largo de las Rías Baixas como integrantes de esta iniciativa moderna, que aspira a aprovechar los antiguos periplos para reivindicar el carácter cultural y turístico de lugares tan distintos como Ibiza, Jaén y Pontevedra, todos ellos herederos de un pasado histórico común.