La letona Daniela Vismane arrasa en el ITF júnior, y el búlgaro Andreev gana la final masculina

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

RAMON LEIRO

La letona gana dos torneos seguidos, el de Sanxenxo y el de Pontevedra, en individual y dobles

23 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Si hay sentimiento que define lo que siente el equipo organizador del decimosexto Torneo Internacional Júnior de Sanxenxo Fuente Liviana es el de satisfacción por el trabajo bien hecho y el del deber cumplido. Son muchas las personas que hacen posible un torneo de tenis de este nivel: departamento de hospitalidad, transporte, pistas de entrenamiento, servicio de encordado, árbitros, voluntarios, recogebolas, etcétera». Es el epílogo de una de las competiciones juveniles internacionales con más prestigio que se celebra en España. En medio de una zona arbolada de Nantes, el Centro Cultural e Deportivo de Sanxenxo reúne año tras año a las auténticas promesas del tenis mundial.

Y todas ellas se despidieron ayer de sus instalaciones. Quienes no las habían ido abandonando a medida que quedaban descalificados, lo hicieron tras jugar las finales. La jornada empezaba con la femenina, que registró un hecho histórico: proclamarse ganadora en individuales y dobles en los torneos de Pontevedra (terminó el domingo pasado) y Sanxenxo, consecutivos.

«Imposible de superar»

La hazaña fue obra de la letona Daniela Vismane, quien, según la organización, «ha firmado un récord muy difícil de igualar e imposible de superar». En la final individual se impuso con una superioridad incuestionable a la francesa Alice Tubello por 6-1 y 6-3.

Dos horas después, a las 11, arrancaba el partido decisivo en la categoría masculina, un evento que abarrotó las gradas de las pistas de tierra batida del centro sanxenxino ?algunos espectadores tuvieron que verlo de pie? y que enfrentaba «dos maneras diferentes de entender el tenis», la del búlgaro Adrián Andreev, «un jugador global, uno de esos tenistas que cada vez escasean más, capaz de atacar, defender, subir a la red, hacer dejadas», y la del polaco Wojciech Marek, «un jugador de más de 1.90 metros de un potencia increíble para su juventud, su primer servicio es una bomba y tiene una derecha con una aceleración y potencia determinante». Y, aunque comenzó imponiéndose el polaco, Andreev fue reponiéndose poco a poco, y en apenas cuarenta minutos ganó el segundo set por 6-3, «y Sanxenxo ya conocía a sus campeones».