Los primeros balleneros de Galicia iban al mar desde A Lanzada hace 23 siglos

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

MARCOS GAGO

Los técnicos investigan qué salsas se hacían con el pescado en la factoría prerromana

17 feb 2017 . Actualizado a las 05:30 h.

La abundancia de vértebras y huesos de cetáceos de gran tamaño, hallados en los cuncheiros o vertederos prerromanos de A Lanzada, en Sanxenxo, han dado la pista sobre una actividad insospechada para los últimos siglos de la Edad del Hierro en Galicia: la caza de ballenas. Es una sorpresa más de una campaña arqueológica, impulsada por la Diputación de Pontevedra, que se realizó durante siete meses y de la que ayer se hizo balance en la casa forestal de As Canteiras.

El director de la campaña, Rafael Rodríguez, explica que A Lanzada fue un gran centro comercial relacionado con la transformación de productos pesqueros. En total se han encontrado 26 piletas de una factoría de salazón que, otra sorpresa más, data de dos siglos antes de la llegada de los romanos. Esta es otra novedad también en la arqueología del noroeste peninsular, ya que hasta ahora se pensaba que esta actividad había llegado a Galicia a la sombra del Imperio.

Rodríguez es rotundo: «Non éramos un espazo relegado nunha esquina, éramos unha cultura cun grao de desenvolvemento ao mesmo nivel que o resto da Península Ibérica».

Los arqueólogos todavía no saben cómo se podían cazar grandes cetáceos antes de nuestra era pero, por analogía con otras zonas del Atlántico, hay ejemplos de que con embarcaciones sencillas y experiencia en la navegación, este tipo de expediciones son posibles. Rodríguez indicó que se han encontrado huesos tanto de ballena como de cachalote y aunque alguno podría proceder de varamientos, el número de osamentas es demasiado grande. Hablan de una caza programada.

También organizada estaba la pesca, porque basándose en restos de espinas encontradas en las piletas y los cuncheiros de época anterior a nuestra era, los especialistas de la Universidad de León han detectado un cambio en las costumbres y un incremento espectacular en las capturas de pescado hacia el siglo II a.C. Ahora se analizarán los restos hallados en las piletas para intentar ver qué clase de salsas o compuestos se fabricaban. Se han identificado restos de vello, maragota, gallo, jurel, congrio, faneca, sargo y raya -de esta última es la evidencia arqueológica gallega más antigua de su pesca-.