Quejas por actos vandálicos reiterados en la pasarela de las mariscadoras

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

MARCOS GAGO

La cofradía lamenta los destrozos en el acceso de madera al banco de Os Praceres

27 feb 2019 . Actualizado a las 13:21 h.

Tablas arrancadas de cuajo de la barandilla de la pasarela de las mariscadoras paralela a la autovía demuestran el especial atractivo que los vándalos tienen por este espacio de Os Praceres. La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, no se explica el gusto que puede encontrar alguien en arrancar las tablas de un paseo. Dice que no sabe si es porque alguien las roba para su casa o por el simple deseo de hacer daño. En cualquier caso, le parece algo inconcebible y pidió que se respeten las propiedades públicas como esta infraestructura.

La pasarela cumple una función laboral importante ya que la utilizan las mariscadoras de a pie para acceder con sus carritos y rastrillos al centro del banco de Os Praceres. Sin embargo, esta pasarela es mucho más y se ha convertido en todo un paseo marítimo al fondo de la ría de Pontevedra utilizado por muchos vecinos de la zona y de Marín para caminar y pasar el tiempo.

Por estos motivos desde la cofradía no entienden el por que los vándalos se ceban con este paso. Los daños se ven nada más acceder al entarimado. Falta la primera fila de tablas verticales de la barandilla. No se los llevó el mar, las olas habrían tirado con todo y no habrían respetado las tablas que sí están. A lo largo de la pasarela se siguen viendo los huecos. Llaman mucho la atención en medio de las de otra manera perfectas hileras de travesaños. Cuatro por aquí, otras dos por allá y en algunos lugares se ven hasta los clavos que brillan a la luz del sol, es decir, son nuevos y los vándalos se han llevado por delante tablas colocadas hace pocos meses.

La erosión, es cierto, hace también lo suyo y ha destrozado literalmente alguna de las tablas, pero se nota que la gran mayoría de las dañadas de esta manera han sido respuestas por la Consellería do Mar, titular de la infraestructura, a petición de la cofradía. A lo que no se ha puesto solución, al menos todavía, es a las piezas de hormigón de la rampa final de la pasarela, que el mar derribó en los temporales del pasado invierno y que allí siguen donde cayeron hace tanto tiempo que las cubren las algas.

Por su parte, la cofradía recabará el apoyo del Concello de Pontevedra para que la Administración local medie ante Costas para la colocación de un paso de madera sobre la arena, que sirva para acceder desde el punto de control directamente al tramo del banco más cercano al cabo. Tal y como están ahora las cosas, los carros se suelen enterrar con facilidad. Vázquez explicó que se desechó la idea de una pasarela de poner y recoger todos los días, por inviable, y apuestan por una especie de pasarela como en las playas de baño.