«Llevamos ocho años quitando invasoras y el monte no arde»

carlos riande / L. B. PONTEVEDRA / LA VOZ

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La parroquia de Salcedo, en Pontevedra, según Fernando Pintos, el presidente de los comuneros, se debe dar un giro en la reforestación para atajar el fuego

21 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vas hasta Francia y no ves ninguna zona quemada. Aquí tenemos lo que no hay en ningún sitio. Estamos invadidos de eucaliptos, acacias y mimosas en carreteras, los montes particulares y los comunales», afirma Fernando Pintos, el presidente de la comunidad de montes de Salcedo.

Tras el fatídico mes de octubre del 2017, donde la ola de incendios se llevó por delante 49.171 hectáreas, el 53 % de masa arbolada y el resto de monte raso, Galicia vuelve a adentrarse en la temporada de alto riesgo y lo hace con los ojos bien abiertos. Por ello se han instalado 88 cámaras de vigilancia y se ha puesto en marcha la campaña Centinela Gallego, donde varias patrullas militares recorren los montes de 32 ayuntamientos.

Pero no todo el mundo ve con buenos ojos estas decisiones. «Eso no vale para nada», asegura con rotundidad Fernando Pintos. «Mientras sigan, sobre todo en la parte sur de Galicia, todas las invasoras como el eucalipto, mimosa, acacia negra… ya puede haber todos los militares que quieras, que fuego va a haber. Lo que hacen es potenciar las empresas del fuego para que haya más incendios y más apagafuegos». De este modo, piensan que el dinero debería ser destinado de otro modo: «Los responsables políticos y los que velan por esta situación lo que hacen es llamar a los militares o poner helicópteros. Eso es gastar dinero y no sirve para nada». En relación a la principal invasora dice que «va a llegar un momento en el que la gente va a tener que pagar dinero para que le saquen los eucaliptos de las propiedades». Desde la comunidad de montes de Salcedo creen que se deben tomar medidas en reforestación. «El trabajo que hacemos nosotros en el monte es plantando frondosas y, en las zonas más proclives, colocamos cortafuegos de frondosas de 100 o 200 metros». Su política se lleva a la práctica. Han limpiado sus 225 hectáreas de cualquier árbol invasor y lo han repoblado con castaños, carballos, y vidueiros. «Mientras tanto se gastará el dinero en las grandes empresas que ya son monopolios de incendios», sentencia.