El cortejo fúnebre recorrió anoche el centro de la ciudad antes de la incineración del loro en A Ferrería
22 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«Cerrado por defunción». Dos carteles a modo de esquela en la botica de don Perfecto Feijoo, en la plaza de A Peregrina, confirmaban la triste noticia: la muerte del loro Ravachol. A media mañana ya había alguna persona vestida con luto riguroso para despedir al símbolo irreverente del carnaval de Pontevedra. Este año vino disfrazado de negociador de Ence, pero el loro no fue capaz de poner de acuerdo a las partes y murió en el intento. Un Ravachol elegante y con gafas, acompañado de globos, presidía por la tarde la Praza da Verdura. Fueron muchos los que quisieron decirle adiós por escrito, dejándole unas líneas en el libro de visitas.
El cortejo fúnebre, que pasadas las ocho de la tarde recorrió parte del centro de la ciudad, fue el último homenaje antes de su incineración en A Ferrería. A escasos metros del edificio que ardió el 1 de febrero. Un suceso que ayer seguía en boca de muchos a pesar del carnaval. Un entroido que iba a vivir su día grande el 6 de febrero, con el desfile en la calle, y que se aplazó en dos ocasiones debido al mal tiempo. Aunque el Ravachol fue el acto central de la jornada de ayer, también se vivió el entroido en el barrio de Monte Porreiro. Otras localidades de la comarca como Bueu y Sanxenxo celebraron el desfile.