Nueva vida tras galopar entre las llamas

La Voz

PONTE CALDELAS

Emilio Cerviño / Pablo Carballo

Los caballos que huyeron de los incendios se recuperan poco a poco en Ponte Caldelas

02 nov 2017 . Actualizado a las 11:08 h.

Salieron huyendo despavoridas ante el acecho de las llamas que consumieron buena parte de los montes de Ponte Caldelas. Fueron halladas desorientados ante un pozo de agua, probablemente buscando el fresco que manaba de su interior. Y aunque estaban en un estado que en su día hacía temer por su futuro, hoy se han convertido en un milagro entre las cenizas. Las yeguas que aparecieron quemadas, una de ellas con la cabeza inflamada por las quemaduras, otra con los cascos en riesgo por el calor sufrido, viven hoy, tan solo unos días después, una segunda vida fruto de la solidaridad.

No solo fue determinante el empeño de los responsables de la hípica de Ponte Caldelas por localizarlas entre un monte que no era más que cenizas tras una tormenta de fuego, sino todos aquellos que han colaborado desinteresadamente por que el municipio resurja de la devastación.

Lo cuenta bien Loli Pereira, responsable de Hípica Amazonas, junto a Dulcinea, Violeta y Nala, las tres yeguas a las que se le perdió la pista en plena vorágine de llamas. Cuando las encontró, día y medio después de los incendios, junto a aquel pozo, estaban en un estado lamentable. Hoy están mejor, gracias a la solidaridad en forma de ayudas, medicamentos y todo tipo de colaboración que ha llegado de toda España.

Estaban las yeguas cuando las encontraron a tres kilómetros de la hípica y desde que las rescataron están pendientes de ellas. Ayer pudieron darse un primer baño, están siendo sometidas a un tratamiento de hidratación de choque y a un plan de broncodilatadores ante el humo inhalado.

Los veterinarios temieron desde el inicio por la vida de una de ellas. Es propiedad de un niño de cinco años, que ya había perdido solo hace unos días a su perro. El pequeño podrá ver con vida a su caballo. Difícilmente, asume Loli Pereira, podrán volver a ser montadas cualquiera de estas yeguas, pero al menos han vuelto a galopar tras sobrevivir a un infierno de llamas.