Crónica de una derrota anunciada

PONTE CALDELAS

RAMON LEIRO

Ponte Caldelas recreó la batalla que puso la puntilla en 1809 a la invasión francesa

20 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Un total de 37 bajas en el ejército francés contra cinco en las filas gallegas. Una masacre. Y un pueblo levantado en armas para evitar el avance de las tropas de Napoleón, comandadas por el mariscal Ney. Estamos en junio de 1809. Los 10.000 hombres al mando de Ney no han salido bien parados de la batalla de Pontesampaio. El 8 de junio, Ney ordena a un batallón de infantería ligera y a un escuadrón de caballería que remonten el río Verdugo, de manera que encuentren un paso por el puente de Caldelas, de manera que puedan atacar por la retaguardia, en Soutomaior y Arcade, a las tropas españolas.

Pero los invasores se van a encontrar con una feroz resistencia en Ponte Caldelas. Los gallegos son menos, pero fieros. Y, además, tienen aquel día a la niebla de su parte. Los franceses se batirán en retirada dejando los cadáveres de 37 compañeros por el camino. La sinopsis de la batalla de Ponte Caldelas es más o menos esa. Y ayer, la localidad se volcó en una recreación que retoma el espíritu de lo que fue aquel enfrentamiento sangriento, el empuje último que necesitaba el enemigo para huir de Galicia. Caracterizados hasta el último detalle, los de Ponte Caldelas rebobinaron 203 años y en el puente volvieron a tronar los cañones y también los fusiles. Y humillaron sin piedad al invasor aunque, esta vez, en nombre de la paz.

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