La mente más clara del Peixe Galego

Aleixandre Méndez
Aleixandre Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

Emilio Moldes

Jorge Romero, una de las figuras del equipo marinense, compagina el baloncesto con sus estudios de psicología

17 ene 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

Jorge Romero (Gran Canaria, 1990) vive su segunda temporada en el Peixe Galego demostrando haberse adaptado a la perfección a Marín. Después de toda una vida jugando en LEB Oro y LEB Plata, desde que debutó con 18 años en la extinta Bronce con el filial del Real Madrid, el jugador canario aceptó este otoño la oferta de continuidad en el club marinense aun a sabiendas de que militaría en la liga EBA, pese a contar con ofertas de categorías superiores. Y su aportación está siendo decisiva para que el Peixe Galego se mantenga invicto y fije ya sus miras en la fase de ascenso, como demostró con sus 22 puntos ante el Gijón el pasado sábado en un duelo en el que la victoria permitió al equipo marinense ampliar a cuatro triunfos la ventaja sobre el cuadro asturiano, su inmediato perseguidor en la tabla.

Con 28 años recién cumplidos la semana pasada, Romero no oculta que el sueño de llegar a lo más alto en el baloncesto ha perdido cierto peso respecto a la búsqueda de la felicidad en su día a día, tal como demuestra al explicar por qué decidió quedarse en Marín. «Tuve muchas ofertas de LEB Oro, pero ninguna me convenció lo suficiente -desvela-. Y dado que en verano mantuve mucho contacto con Javi [Llorente] y con Luis [Santiago], cuando me propusieron volver me dije ‘¿por qué no?’. Ni se me caen los anillos ni soy Michael Jordan para aceptar jugar solo en una liga. Lo que busco es disfrutar, que a veces se nos olvida a los profesionales. Así que acepté el reto de intentar devolver al equipo a donde se merece», agrega.

En esta decisión, explica, una de las claves fue el hecho de que afirma sentirse «muy a gusto aquí en Marín, la gente nos trata genial». Y a esto añade el sensacional ambiente que asegura que reina en la plantilla. «Somos como una familia, y eso también se demuestra en la cancha», defiende. Una comunión que se está refrendando con unos resultados que Romero espera que el equipo sea capaz de prolongar. «Somos conscientes de que mantener esta racha es muy complicado y que puede que en algún momento pinchemos. Pero si se puede hacer un pleno, lo queremos conseguir», avanza.

Para un canario como él, la vida en Marín ha supuesto un gran cambio. Pero, a la vez, Romero recuerda que a lo largo de su carrera ha vivido en muchas ciudades, y ahora afirma haber encontrado un lugar en el que se siente a gusto. «He estado en Huesca pasando un frío horrible, en Pamplona con nieve hasta las rodillas... Y te vas acostumbrando -apunta-. Y aquí, en Galicia, se vive muy bien, y no lo digo por hacer la pelota [ríe]. La zona de Marín, la ría, Vigo, Pontevedra... Me parece preciosa. Y la gente es una maravilla, lo que todo unido hace que sea perfecto», añade.

Un futuro por descubrir

Aunque todavía con recorrido en el mundo del baloncesto, Romero empezó hace algún tiempo a planificar su futuro fuera de las pistas. Y a tenor de sus palabras, ha encontrado en la psicología un ámbito profesional y de conocimiento que le estimula a seguir estudiando y aprendiendo cada día. «Es una carrera que me gusta mucho, y estoy muy ilusionado porque así tengo otra puerta abierta de cara al futuro -explica- Estoy terminándola, y ya estoy pensando en los másteres que voy a elegir y por dónde voy a enfocar mi futuro profesional», añade. Un horizonte en el que baraja varias opciones, aunque afirma no tener claro por cuál se decantará. «Me llama la atención la psicología industrial y el ámbito de los recursos humanos. Y también la psicología deportiva, aunque de momento no está demasiado implantada en España, pero confío en que en el futuro lo esté más», apunta.

En este sentido, Romero admite que la psicología le está ayudando a ser mejor jugador. Y considera que debería fomentarse más. «Desde pequeño siempre pensé que una figura externa al ámbito familiar viene bien. Y ahora cuando veo a los chicos que entrenan antes que nosotros, creo que les vendría genial esa figura externa que les recomendase en su carrera», analiza. «Es algo que creo que también los entrenadores deberían tener más en cuenta, y espero que tenga un futuro prometedor», prevé.