Los CSI de la tierra calcinada

Alfredo López Penide
l. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

CARLOS CASTRO

Tanto la Guardia Civil como la Policía Autonómica y Medio Rural, a través de la Brigadas de Investigación de Incendios Forestales (BIIF), disponen de especialistas a la hora de esclarecer el origen de un fuego forestal

22 oct 2017 . Actualizado a las 21:12 h.

Tanto la Guardia Civil como la Policía Autonómica y Medio Rural, a través de la Brigadas de Investigación de Incendios Forestales (BIIF), disponen de especialistas a la hora de esclarecer el origen de un fuego forestal. Se trata de investigaciones muy complicadas que, en buena parte de las ocasiones, terminan en un callejón sin salida, esto es, sin poner un rostro a la persona que encendió la cerilla.

Su trabajo comienza en el mismo momento en el que pueden pisar la tierra calcinada. «La investigación comienza desde el primer momento que tengamos la noticia. Por eso, es importante llegar pronto para entrevistarnos con los alertantes, pero también con los medios de extinción», señalaba hace un año el teniente coronel Manuel Touceda.

Lo primero que se trata de establecer es el foco -en demasiadas ocasiones, son varios casi que simultáneos- inicial del fuego para, de este modo, intentar establecer qué pudo iniciar las llamas. Se buscan toda clase de indicios, desde colillas hasta dispositivos incendiarios como el hallado hace escasos días en Salceda de Caselas. En este punto, son conscientes de que el mayor escollo con el que tienen que lidiar es el poder destructor del fuego, capaz de reducir a cenizas cualquier posible prueba.

En todo caso, no siempre ocurre así y se han podido aislar colillas, que se han mandando a analizar por si fuera posible extraer ADN que permitiese identificar a una persona, o la presencia de acelerantes del fuego. En otras ocasiones, la determinación del foco principal del incendio ha permitido establecer los motivos que se encontraban detrás de este fuego y, de este modo, llegar hasta la persona que estaba detrás del mismo. «Otra cosa es que se disponga de pruebas que permitan sostener una imputación penal», señaló un agente del instituto armado con el recuerdo aún fresco de que el único detenido por el incendio que se cobró dos vidas en Cotobade en el 2006 finalmente fue absuelto.