Cotobade, «alargo rural da Boa Vila»

Elena Larriba García
elena larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

Xosé Fortes Bouzán, Germán Fortes Pousa y Serafín Fontenla Fernández presentaron ayer una obra que traza un recorrido histórico por el municipio

24 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Somos lo que somos porque tenemos detrás un determinado pasado, de ahí el interés por conocerlo. Con esta reflexión sacada de una cita del sociólogo de la cultura Arnold Hauser, explicó Xosé Fortes Bouzán una de las motivaciones que le llevaron, junto con Germán Fortes Pousa y Serafín Fontenla Fernández, a investigar y escribir la historia de su pueblo natal. Terra de Cotobade es el fruto del micromecenazgo de 150 vecinos de este concello, cuya tábula gratulatoria encabeza la académica brasileña y Premio Príncipe de Asturias de las Letras, Nélida Piñón, nieta de emigrantes cotobadeses e hija adoptiva de este municipio. La escritora participó ayer con sus convecinos, en el Colegio de Carballedo, en la primera presentación de este trabajo de recuperación de la memoria social de un territorio entre A Serra do Seixo y el río Lérez que mira cara a la ría de Pontevedra, «alargo rural da Boa Vila». Este acto de presentación, al que también asistió Ramón Villares, presidente del Consello da Cultura Galega, se repetirá hoy, a las 20 horas, en el Teatro Principal de Pontevedra.

Fortes dio también rienda suelta a sus recuerdos de «neno cotobadés» para explicar otro motivo profundo de este trabajo: «Agradecer aos nosos devanceiros, e de xeito especial ás mulleres cotobadesas, O Cotobade que nos atopamos na nosa infancia. El de «os lugares e agras, os camiños e carreiros, os enxidos e soutos, os montes e ríos, as humildes lambetadas que sabían a gloria naqueles tempos de racionamento, e ata as lendas e tradicións que foron tecendo século a século nas longas noites de inverno». Centrándose ya en el libro, el investigador explicó que Terra de Cotobade es «a historia dunha agrarización», una historia que comienza con la cultura castreña, adquiere matriz parroquial en la Edad Media y plenitud social y económica en la Edad Moderna y Contemporánea. «Non foi unha historia pacífica» dijo, abundando en las incursiones vikingas, la revolución irmandiña, la invasión francesa o la guerra carlista. Pero aún así, argumentó que lo que permanece es el esfuerzo de los cotobadeses «por sobrevivir ás fames e fríos e mellorar as súas vidas».

Euforia demográfica

El acontecimiento más importante que se relata en esta historia fue la llegada del maíz a mediados del siglo XVII, que aplacó hambres seculares y que simultáneamente provocó una «euforia demográfica», responsable del minifundio, de la eclosión de la cantería y de las migraciones obreras a Castilla o Portugal y a América, como fue el caso de los abuelos de Nélida Piñón o del propio Fortes. Los autores describen la vida económica, social y cultural cotobadesa, destacando también el esfuerzo de esta población rural por la alfabetización a mediados del siglo XIX, el proceso modernizador desencadenado en la Restauración, tanto en el ámbito asociativo como agrícola, y también social, con la llegada de la moda de la mano de los tejidos catalanes y de las maquinas de coser Singer. Pero en especial subrayan el impacto político, cultural y laicista que representó en Cotobade la República y que segó el golpe militar del 36. Y para terminar de recuperar la memoria social de esta tierra, una llamada de atención sobre el abandono del campo en estas últimas décadas, de la antigua vida agraria que no fue capaz de resistir la atracción urbana, con la esperanza de que «cicais lembrando o noso pasado poidamos albiscar veiros de futuro».