«Bugs Bunny» tiene casa en A Lama

Marcos Gago Otero
marcos gago A LAMA / LA VOZ

A LAMA

Marcos Gago

Unos conejos que se les escaparon a los cazadores se han convertido en las mascotas del parque de la localidad

17 ago 2018 . Actualizado a las 19:57 h.

Corretean despreocupados, sin llamar la atención de unos vecinos que se han acostumbrado a verlos desde hace años. Son un grupo de tres conejos que viven en pleno centro urbano de A Lama, un entorno que han convertido en su hogar permanente. Algunos vecinos les han tomado cariño y contribuyen a su alimentación dejándoles berzas y lechugas. Y los conejos se han ido amansando poco a poco hasta dejar que incluso los extraños, como el que suscribe, se les pueda acercar a escasos metros. Luego emprenden la huida, pero tampoco con mucho entusiasmo. En cuanto regresan, vuelven a su parque, a pocos metros de donde ayer jugaban unas niñas pequeñas y los adultos hacen sus gestiones. En esta calle están el Ayuntamiento de A Lama, la farmacia, varias tiendas, la biblioteca, la oficina de información juvenil, la oficina de Correos y el centro de salud. No podían haber elegido un lugar más céntrico para encontrar alojamiento.

La historia de estos conejos comenzó hace más de cinco años. Según explican vecinos de la zona, en aquellos momentos los cazadores estaban haciendo trabajos de repoblación con conejos en el monte. Es una práctica habitual en entornos rurales como A Lama, donde la caza es una actividad deportiva que practican muchos de su residentes.

Los conejos del parque provienen precisamente de uno de estos operativos. A unos cazadores se les escaparon y se ocultaron en la red de tuberías y cañerías que hay debajo del parque. Convertidos en tobos, los animales hicieron allí su casa y nadie los ha molestado desde entonces. Se han transformado en las mascotas de este entorno. Cerca hay fincas donde los conejos pueden completar su alimentación.

Al principio eran bastantes más, pero por distintas razones se han ido yendo o sencillamente desapareciendo. Quizás alguno atropellado, quizás alguno rehízo su vida en el monte próximo o quizás alguno al final cayó en la trampa de algún cazador al alejarse del casco urbano. Para los que quedan, el parque es su tabla de salvación, su escudo protector. Podría dar para una película de la Warner: Bugs Bunny vive en A Lama.