Lucha contra el tabaco: «Empecé a fumar con 21 y tengo 61; sufrí dos cánceres e intenté dejarlo, pero me cuesta porque me relaja»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Francisco Javier Vilas, paciente de la Asociación Española contra el Cáncer
Francisco Javier Vilas, paciente de la Asociación Española contra el Cáncer Elena Fernández

La AECC de Pontevedra reúne a un fumador, una neumóloga y una psicóloga para abordar todas las terapias y medicamentos para acabar con una adicción que está detrás de hasta 22 enfermedades

31 may 2025 . Actualizado a las 09:53 h.

«Empecé a fumar con 21 años y tengo 61. Me relaja encender el cigarrillo, me gusta su olor. Lo he intentado dejar muchas veces, he probado todos los medicamentos y siempre vuelo». Francisco Javier Vilas padeció cáncer de glotis y de vejiga. Cree que el tabaco puede estar relacionado con la enfermedad y le gusta pensar que un día podrá dejar de fumar. Tras la charla en la Asociación Española contra el Cáncer de Pontevedra, reconoce que solo hay una vía que no ha explorado: la terapia. A su alrededor, los profesionales que le acompañan insisten en que si hay voluntad de dejarlo y en algún tramo de su vida lo logró, ya hay mucho camino recorrido. «Puedes dejar de fumar con o sin medicamentos, pero sin la ayuda psicológica es imposible», advierte Carmen García.

Las palabras de esta psicóloga en la AECC las suscribe la neumóloga del Chop, Guadalupe Valladares. La doctora explica como funciona la adicción y esa falsa sensación de placer. «Al fumar, la nicotina tarda en llegar al cerebro entre cinco y siete segundos. Estimula los receptores de nicotina que hay y el cerebro genera dopamina, la hormona del placer. Esa liberación es la que provoca la adicción», asegura Valladares a Javier. Él asiente, pero desconfía de que algún día pueda dejarlo. La explicación de la neumóloga es la base neurofisiológica, en la que los medicamentos pueden actuar. «Algunos fármacos dan un poco de dopamina para trabajar esa parte, pero el resto es psicológico», añade la neumóloga. Javier espera que le den el alta para ponerse manos a la obra con la psicóloga para sacar el tabaco de su día a día. Está dispuesto a hacerlo porque como dice en más de una ocasión, «solo se puede conseguir si parte de ti, no de tu entorno».

Además del tabaco tradicional, la técnica de prevención y promoción de la salud en la AECC, Lola Andújar, suma un nuevo reto para los próximo años: acabar con el vapeo y los cigarrillos electrónicos. Ahí, Javier, que tiene sus más y sus menos con el tabaco después de cuatro décadas fumando, es capaz de cortar por lo sano. «Cuando salieron, el médico me dijo que era química, que no me metiese con los vapeadores. Que si no era capaz de dejar de fumar, bajase el número de pitillos, pero que no pasase al electrónico», asegura. Guadalupe Valladares se suma a esa lucha. «Contiene nicotina y un anticongelante a los que se le suma saborizantes, pero tiene los mismos efectos que el cigarrillo normal», recalca.

Enfermedades asociadas

El tabaco está detrás de muchos tipos de cánceres y de hasta 22 enfermedades graves, según los datos aportados en este encuentro con el que la AECC quiso concelebrar el Día sin Tabaco. «Los que rodean al vapeador también están afectados porque exhalan un gas que no se disipa con tanta rapidez en el aire», añadió Valladares, que recalcó la importancia de no creer que los cigarrillos electrónicos son un primer paso para dejar de fumar.

«Que no nos lo vendan como positivos para eso. Al revés, en el caso de los jóvenes es la puerta al tabaco convencional. Los médicos nunca los recomendaremos», añadió.

En esa batalla de dejar a un lado el pitillo, una de las asistentes al acto y enfermera retirada, animó a Javier poniéndose a ella como ejemplo. «Yo lo dejé, fui muy fumadora y aunque hace años que no fumo, sufro las consecuencias. Me acaban de operar de una lesión debajo de la lengua y en unos días vuelvo a pasar por el quirófano. Yo también lo asociaba a esa sensación de relajación, pero no tiene nada que ver, más bien todo lo contrario. El tabaco excita», señaló esta enfermera jubilada. La doctora asintió y animó a Javier, como punta de lanza de todo el colectivo de fumadores, a que busquen apoyo en los fármacos y en el apoyo psicológico que se presta en el hospital de Pontevedra o en asociaciones como la AECC.

Elena Fernández

La provincia de Pontevedra tiene más de 146.000 fumadores que lo hacen a diario

 

 

La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Pontevedra celebró el Día sin Tabaco con un evento en el que quiso concienciar de los riesgo de fumar. Para hacerlo, puso especial interés en resaltar cuántos fumadores hay en la provincia y el aumento del tabaco entre los jóvenes, que se inician en él, a través del vapeo. Solo en Pontevedra hay más de 146.000 fumadores que lo hacen a diario, de los que un 3 %, cerca de tres mil, tiene entre 15 y 24 años. El cigarrillo electrónico está siendo la puerta de entrada al tabaco para los más jóvenes. Bajo la campaña Real Fest, la AECC simula un festival en el que, en vez de anunciar artistas, aparecen los efectos negativos y las enfermedades que provoca la nicotina. Según la asociación, en el año 2023, de los 15 festivales nacionales con mayor asistencia, cuatro estuvieron patrocinados por estos dispositivos. OCB, Vuse, Iqos o Blu patrocinaron el Sonar, Sonorama o el Mad Cool.

En el acto celebrado ayer en Pontevedra, Javi Domínguez y Raúl Álvarez participaron en representación de la juventud y aportaron su perspectiva generacional y como el vapeo entra por las redes sociales llegando a todos ellos. «Se han normalizado este tipo de contenido, pero gana quienes lo publicitan. Hasta se venden vapeadores en los festivales», añadió Javier Domínguez.

La técnica de prevención y promoción de la salud en la AECC en Pontevedra, Lola Andújar, destacó el creciente impacto de estas nuevas formas de fumar entre los más jóvenes, asociadas a «una imagen de éxito y sofisticación, o incluso convirtiéndolo en una tendencia o en una moda». El 80 % de los casos de tabaquismo comienzan antes de los 18 años y se perpetúa por la adicción a la nicotina.