María González, matrona pionera de los partos humanizados en Galicia: «¡Sí que se puede disfrutar pariendo!»
![María Hermida](https://img.lavdg.com/sc/mpSdCR0z0nNGoBrL5CdMccUyP_8=/75x75/perfiles/193/1623076944798_thumb.jpg)
PONTEVEDRA
![María González, en una consulta del Hospital do Salnés, donde desarrolla su profesión.](https://img.lavdg.com/sc/qhmcGm1mvraiCqtZupT1z3ixeMQ=/480x/2024/01/24/00121706103601619617325/Foto/A_20240124_132547001.jpg)
Quería ser médica pero estudió Enfermería y se enamoró el día que le tocó entrar a un alumbramiento: «Me sonó un canto de sirena», dice
25 ene 2024 . Actualizado a las 10:19 h.Quedamos para la entrevista y ella, María González (Vigo, 1976), no deja nada al azar. Llega pronto y, quince minutos antes de la cita, manda una foto del lugar y escribe: «Estoy aquí, en un bar tranquilo, en una mesa con vistas». No es casualidad. María González, una de las matronas pioneras en Galicia en promover los partos humanizados —a ella le gusta más definirlos como «partos normales»—, lleva escrito desde niña en la frente un verbo: cuidar. Por eso quería ser médica. Y por eso empezó Enfermería enfadada con el mundo y con su mala pata en uno de los exámenes de selectividad. Pero todo cambió el día que entró como enfermera en prácticas en un parto, que encima fue «bastante feo», y se enamoró: «Aquello era lo que yo quería hacer, quería ayudar en el proceso de parir», dice con un brillo descomunal en los ojos.
—¿Cómo se enamora una de un parto, que encima fue feo...?
—Aclaro primero lo del parto feo. La mujer estaba en la silla, había gritos, se hizo una episotomía —un corte en la vagina durante el alumbramiento— que me impresionó muchísimo... no fue bonito. Pero yo me quedé embelesada. Descubrí que llevaba un alma de matrona dentro. Me sonó un canto de sirena.
—Hace la especialización para ser matrona y cae en un hospital gallego, con el siglo XX agonizando ya, para realizar prácticas. Y no le gustó mucho lo que vio...
—No solo yo, varias compañeras que hicimos la especialización queríamos buscar la cara B de nuestro trabajo. Nos encontramos con cuidados bastante anticuados y que se atendía a las mujeres desde el miedo y, por qué no decirlo, en un ambiente muy agresivo. Queríamos cambiarlo.
—Y desembarcaron en el Hospital do Salnés para convertirlo en un referente de los partos humanizados. ¿Qué fue lo primero?
—¡Fue nuestra criatura! Lo primero era dar alternativas a las mujeres. Si tú no tienes opciones, no puedes ofrecer nada. Y dentro de ello lo más importante era la analgesia. ¡Mira que peleamos y discutimos con los anestesistas! Conseguimos que estuviese garantizada la opción de la epidural, que no dependiese de si casualmente había anestesista o no. En aquel momento no teníamos otra alternativa al dolor, así que peleamos por esta. Y de ahí no nos bajamos. Luego todo se resume en lograr derechos para la mujer, empoderarla dándole buenos cuidados basados siempre en la evidencia científica. Porque lo que está claro es que estás en un hospital, no en un chiringuito. Vamos a cuidar, a acompañar, a dar opciones y, si las cosas se salen de la normalidad, sabemos cómo responder y lo vamos a hacer.
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—Fuimos educados con imágenes y vídeos de partos llenos de gritos, sangre, dolor y sufrimiento... ¿cómo se combate eso?
—Primero, decir que aunque haya gritos puede ser bonito igual. Cada parto y cada mujer es un mundo. Por eso es tan importante dar alternativas de posturas y de tantas cosas. Yo lo que recomiendo es preparar el parto. Tienes que parir en un lugar que te aporte seguridad y donde seas capaz de confiar en sus profesionales. A partir de ahí, creo que la actitud debe ser la de confiar en ti misma y pensar que, aunque planees un parto A, el parto B y C existe y pueden ser maravillosos también. Pero te tienes que permitir esa experiencia distinta a la que quizás imaginabas. Porque un parto es un directo premium y, como en todos los directos, pueden pasar y pasan cosas. Y, si alguna se sale de lo normal, hay que tomar medidas. En cuanto a los profesionales, somos humanos ayudando a humanos y tenemos que empoderar a las mujeres porque ellas son el factor clave en un parto y no la suerte.
—¿Se puede disfrutar pariendo?
—Pues claro... ¡Sí que se puede disfrutar pariendo! ¿Cómo no vas a poder disfrutar si es una conexión única contigo misma? Es una ocasión para conocerte mejor. Y puede que no te guste del todo lo que ves, pero de un parto siempre sales distinta, porque ahí ves tu superpoder. Mi reto que es la familia, la mamá, el bebé y la pareja disfruten de ese momento grandioso de la vida. Como matrona voy a poner el ambiente, los cuidados y los medios. Pero le voy a preguntar a la madre qué es lo que quieres porque un parto es un acto comunicativo, o debería serlo.
—Es una defensora a ultranza de la lactancia materna. ¿Qué opina de la frase esa de que lo importante no es la teta, ni el biberón sino la mamá y el bebé?
—Concuerdo con ella. La lactancia materna es, tal y como señala la evidencia científica, el mejor alimento. Y hay que establecer una red de apoyo para favorecerla. Pero las madres tenemos que dejar de utilizar el condicional. Soy buena madre si tengo un buen parto, soy buena madre si doy teta, soy buena madre si esto y si lo otro... Para. Lo estás intentando, pones de tu parte. Eres buena madre. Punto.
E para rematar...
¿Qué es lo que no puede faltar en su casa?
Comida y alegría.
¿Qué titular le gustaría ver abriendo La Voz?
Que el ser humano empieza a enfocarse en la paz y en lograrla.
¿Un día que no olvidará?
Muchos. El del primer parto.