Un personaje literario nacido en Pontevedra para empoderar a jóvenes con trastorno autista
PONTEVEDRA
El libro «Nicolás cocina sin fuego», ilustrado por Alicia Suárez, es uno de los cuarenta seleccionados por la biblioteca de Toronto
05 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Una publicación de la editorial pontevedresa Kalandraka, Nicolás cocina sin fuego, ha sido elegido por la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY) para integrarse en la bibliografía de Libros destacados para jóvenes con discapacidad 2023 que impulsa la Biblioteca Pública de Toronto (Canadá). Este listado está conformado por cuarenta títulos en diecisiete idiomas procedentes de veinticuatro países.
Nicolás cocina sin fuego está adaptado al sistema de pictogramas por la asociación BATA y cuenta con ilustraciones de Alicia Suárez, quien reconoce que sintió «una gran alegría» al conocer que el tomo, que se incluye en Makakiños de fácil lectura, había sido seleccionado por IBBY. Licenciada en Belas Artes, nada más terminar la carrera, «la editorial Kalandraka me dio la oportunidad de adaptar un texto de un cuento popular y de ilustrarlo, O rei ra. Si por aquel entonces me dicen que veinte años después seguiría publicando e ilustrando libros, pienso que no me lo creería. Hoy puedo decir que me gustaría poder seguir haciéndolo otros veinte años más. ¡Ojalá! Este reconocimiento me da alas para seguir adelante», remarca.
Este volumen es el tercero de una saga que incluye Nicolás va de compras y Nicolás va a la biblioteca, protagonizados todos ellos por un personaje que nació «para ilustrar la colección Día a día de Kalandraka. Se trata de libros guía que sirven de apoyo visual para ayudar a los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) a adquirir la autonomía suficiente para poder llevar a cabo labores cotidianas, como cocinar, ir de compras o ir a buscar en la biblioteca un libro que les guste». Esto explica el hecho de que, destaca Alicia Suárez, «está en cada una de las páginas de este libro rodeado de otros apoyos visuales como son los pictogramas y está feliz, contento porque es un personaje capaz de disfrutar y divertirse de forma autónoma».
Libros innovadores
A fin de cuentas, «es ‘capaz', y si él es capaz, también van a ser capaces los niños a los que van dirigidos estos libros». En todo caso, la ilustradora remarca que la idea de libro y de Nicolás nacen de BATA y Kalandraka, que «desde el primer momento trabajaron por la inclusión, fueron sensibles y vieron la necesidad de crear un material que no existía y que los niños con dificultades lectoras necesitaban y pedían. Pienso que no existen libros que no se puedan leer, sino libros no adaptados a las necesidades lectoras. Eso lo sabía bien la asociación BATA, que faltaban libros para los niños con TEA y con dificultades lectoras, y la editorial Kalandraka puso los medios y la ilusión para hacerlos posibles y poder así acercar el mundo de la lectura a niños con dificultades lectoras», añade al respecto.
En este punto, subraya que el protagonista de estas obras «no hace nada que no podamos hacer cualquier persona. Cocina, va de compras va a biblioteca y elige el libro o película que desea ver. Cada libro de la colección nos presenta partes de la cotidianidad, así que es así como abordo la elaboración de los libros, a través de la observación de lo cotidiano, de lo que nos rodea y que tenemos en un entorno próximo. De hecho, la de Nicolás no es muy diferente a la cocina en la que yo misma cocino».
De lo más complicado a lo más sencillo
Y hablando de cómo Alicia Suárez aborda un nuevo volumen de esta serie, matiza que lo más complicado fue «la responsabilidad de crear un personaje empático para la colección, que llegase bien a los niños, un personaje en el que confiar, alegre, simpático, expresivo, comprometido y decidido, pero sobre todo capaz de ser autónomo».
Por el contrario, tiene claro que lo más sencillo vino de la mano de la ilusión que le generó el poder participar de este proyecto: «Si es genial trabajar para primeros lectores, lo es todavía más cuando sabes que estás ayudando a crear libros para la inclusión lectora de niños que hasta hacía poco no contaban con libros adaptados a sus necesidades»
A este respecto, alude a la iniciativa Makakiños de fácil lectura como una colección que, desde el primer momento, puso de manifiesto su compromiso. En este sentido, recuerda que como, junto con otros miembros de Kalandraka, tuvo la oportunidad de conocer las instalaciones de BATA, lo que le permitió observar «a los profesores trabajar con aquellos niños, que hoy serán ya mujeres y hombres. A partir de ahí, comenzamos a hacer libros para la inclusión y ahora me pone muy contenta ver como ese proyecto, y en particular Nicolás cocina sin fuego, está cruzando fronteras».
Es por ello que no oculta que la designación de IBBY fue muy positiva para su persona. A fin de cuentas, como señala la propia ilustradora, «que un jurado internacional elija tu obra para formar parte de una lista de libros que van a ser expuestos en congresos y ferias internacionales, es una gran alegría».
Retos por delante
Y, en paralelo, «también me hace sentir como una madre preocupada que manda a su hijo al extranjero, a conocer mundo, a escuchar a otros, a conocer más personajes... Pero confío totalmente en él porque va de la mano de una gran editorial, como es Kalandraka, y porque también sé de la profesionalidad de la asociación BATA, como y que bien han trabajado los apoyos visuales del método de comunicación del sistema de pictogramas. Solo me cabe estar contenta y desearle a Nicolás suerte y que, ¡ojalá!, pueda visitar por el mundo muchas cocinas diferentes».
En todo caso, este no es el único proyecto de Alicia Suárez, quien confiesa que «siempre estoy trabajando con alguna idea». Así, sin ir más lejos, «a finales del año pasado pude hacer algo que desde mis inicios tenía en mi cabeza y era el publicar algún algo escrito e ilustrado por mí. La editorial Galaxia me dio esa oportunidad con Un ollo para ler», al tiempo que «estoy trabajando con otro proyecto con esas mismas características».
Si embargo, reconoce que, «sobre todo, espero y deseo que la colección Makaquiños de fácil lectura siga adelante y que pronto pueda volver a saludar a Nicolás y volver a pasar un tiempo con él».