Reyes, única harinera gallega, con gran demanda pese a la inflación

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La fábrica de Harinas Reyes, en el polígono pontevedrés de O Campiño.
La fábrica de Harinas Reyes, en el polígono pontevedrés de O Campiño. RAMON LEIRO

La empresa de O Campiño está sacando de sus instalaciones unos 600.000 kilos de harina cada día

24 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La huelga de transportes vivida en el mes de marzo puso el foco en Harinas Reyes, la única harinera industrial de Galicia y una de las empresas potentes de la comarca de Pontevedra, con sede en el polígono de O Campiño. La firma tuvo que parar su producción porque ni recibía materia prima ni tampoco los camiones podían salir cargados con harina. La situación está ahora relativamente normalizada y la planta, tal y como explica su gerente, Manuel Brandariz, tiene una fuerte demanda de harina pese a la inflación actual. «El consumo no se está resistiendo porque se trata de productos de primera necesidad. La gente puede dejar de comprar un piso, pero es más raro que deje de comprar pan», explica el portavoz de la firma.

Brandariz señala que, con la situación relativamente normalizada —hace hincapié en lo de relativamente porque el incremento de precio de las materias primas sigue siendo anormal—, cada día están saliendo de la fábrica de O Campiño alrededor de 600.000 kilos de harina que, traducido a tráileres, son unos 25 transportes cada 24 horas. ¿Cuál es su destino? Reyes surte a la gran mayoría de las panaderías y almacenes de harina gallegos, pero también tiene mercado en Asturias, Castilla-León, Madrid o Portugal.

Brandariz dice que las secuelas de la huelga y del encarecimiento de las materias primas se notarán en los resultados anuales. Espera, no obstante, que el volumen de facturación se sitúe en torno a los 50 millones de euros.

La harinera Reyes tiene en plantilla a unas 70 personas. La empresa originariamente nació en 1941 y con el paso del tiempo llegó a formar uno de los mayores grupos harineros de la península. Fue la primera compañía en instalarse en el polígono pontevedrés de O Campiño, donde abrió su sede en el año 1996. En aquel momento estaba considerada una de las fábricas harineras con más tecnología punta.