¡Aquí no hay Black Friday! Los comercios de Pontevedra, en pie de guerra contra la campaña

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Las tiendas de la ciudad rechazan la campaña importada de Norteamérica por ser una «falta de respeto hacia nuestros clientes»

17 nov 2021 . Actualizado a las 21:15 h.

El comercio pequeño de Pontevedra está en pie de guerra. No habrá Black Friday. No se unirán todos a esta batalla contra la campaña de descuentos importada de Norteamérica, pero sí son muchos los que ven en esta acción «una falta de respeto a nuestros clientes». Algunos han subido su rechazo a las redes sociales, otros simplemente hacen como si no existiese y a muchos solo hace falta preguntarles para que argumenten todos los motivos que les llevan a estar en contra del Black Friday. «No es un día puntual, ahora ya es una semana o incluso un mes a las puertas de la Navidad», señala Carlota Magariños, de Ricar Moda.

La tienda de caballero de la calle Michelena lleva abierta desde que en 1957 la fundó su abuelo Ricardo Magariños. «En ese momento, él fue un pionero haciendo ya un 10 % de descuento a los trabajadores de Tafisa», comenta la responsable de la tienda. De ahí que ahora no quiera unirse a una campaña que asegura que además de asfixiar al pequeño comercio es «muy injusta». «El Black Friday se nos mete hasta en la sopa, nosotros nunca lo hicimos porque queremos seguir trabajando. El cliente que compra todo el año se merece un respeto. No puede comprar una prenda hoy y en una semana que la vea más barata. Con los nuestros tenemos siempre un cariño», subraya Magariños, que recalca que «nosotros premiamos la fidelidad».

Su forma de actuar se repite en decenas de comercios de la ciudad, que no pueden seguir la estela de las grandes cadenas y piden el respaldo de la Administración para luchar contra esas promociones que asfixian a los más pequeños. «A las grandes marcas les da igual, pero para nosotros es inviable con el margen que trabajamos. A las puertas de Navidad estas promociones más que ayudar, estrangulan al comercio local», apunta Catrina Pérez Mouriño, que junto a su hermana Marta, llevan Guarniciones Mouriño. Y lo hacen a las puertas de la calle Benito Corbal, donde las grandes marcas llevan semanas anunciando el Black Friday. 

Aunque los comerciantes no se han unido para luchar contra esta campaña, sí buscan acabar con la implantación de estas promociones que desvirtúan su trabajo. «Nosotros somos las arterias de las ciudades, yo no puedo tomar el pelo a mis clientes», explica Catrina. En su caso ni siquiera se une a las rebajas tradicionales de después de Navidad y en verano. Ven injusto que después de que un cliente haya comprado un regalo para Reyes en su negocio, a los dos días esté rebajado. «Si hacemos eso, perdemos la confianza de nuestros compradores, así que lo que ponemos el día 15 de enero es alguna talla que haya quedado suelta o similar», comentan las responsables de Mouriño, que hasta febrero no inician la campaña de rebajas. 

Sara Magariños, propietaria de Alma Gemela, tienda de moda de los Soportales de Pontevedra
Sara Magariños, propietaria de Alma Gemela, tienda de moda de los Soportales de Pontevedra CAPOTILLO

El movimiento que está surgiendo en el comercio local contra el Black Friday es imparable en Pontevedra. «Si yo le rebajo un 30 % a la ropa estoy perdiendo», puntualiza Sara Magariños, de la tienda de moda Alma Gemela: «Nosotros no trabajamos con el margen de las grandes cadenas, no deja de ser un anticipo encubierto de las rebajas». Ella es una defensora del Black Friday reconvertida. Así que sabe de lo que habla. Muchos comercios de Pontevedra nunca se han unido, pero en su caso sí. Los dos primeros años de la tienda participó en la campaña, pero solo para darse a conocer. «No es bueno, me he desenganchado por respeto a mis clientes, los que compran en el comercio pequeño saben que se le suele hacer un cariño todo el año», apunta. 

A pesar de que son muchos los comerciantes que se unen a su lucha contra el Black Friday, no pretenden que los que no están de acuerdo se unan a su causa. «Se puso para sacar productos tecnológicos cuando llegaban los nuevos o lotes a punto de caducar y ahora se convirtió en una prostitución de tus productos», defiende Nanda Castro, de Aromara. Esta emprendedora que acaba de lanzar la línea de cosmética natural Gaura no cree que sea rentable para los comercios pequeños vender productos nuevos rebajados: «No puedes saldar una mercancía nueva en perfecto estado».