Análisis sobre «Espazos amables, seguros e inclusivos»
08 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.¿Qué requisitos deben regir en la ciudad ideal? La respuesta a esta cuestión fue uno de los aspectos sobre los que pivotó este viernes la tercera sesión de la Facultade Ágora, una jornada que se desarrolló bajo la denominación de Espazos amables, seguros e inclusivos.
La conclusión de los ponentes fue unánime a la hora de ofrecer una contestación: «Debe respectar ás persoas nas súas necesidades sociais e non so no respectivo á mobilidade, facendo que o coche se sinta un convidado en lugar de protagonista», reseñaron desde la Diputación de Pontevedra.
A este respecto, el diputado de Mobilidade Uxío Benítez remarcó que el seminario buscaba reflexionar sobre la importancia que el diseño y los usos en el tratamiento del espacio público tienen «para que sexa de todos». Así, remarcó que «hai que pensar os espazos para que os colectivos vulnerables da sociedade poidan ser usuarios, pensar en nenos, persoas con discapacidade, nesas persoas maiores ou que non teñen condicións sociais para acceder a outro tipo de espazos que precisan unha capacidade económica maior».
«Non debemos pensar no modelo dos anos 40 e 50 cando se comezaron a construír as cidades baseadas en homes que teñen coches e que precisan acceder o máis rápido posible. Hai que cambiar o chip», remarcó, un argumento sobre el que el arquitecto Mateus Porto ahondó para sostener que la ciudad ideal es aquella en la que una persona «tiene la posibilidad de vivir, en la que una persona encuentra a otras personas y tiene actividades, ya sean laborales y de estudio, dependiendo del momento vital, donde se sienta a gusto».
Quizás el más gráfico a la hora de exponer su visión de la ciudad ideal fue Pau Avellaneda, quien defendió que es aquella que cumple con el objetivo 8:80. Esto es, que sirve para los niños de menos de 8 anos, pero también para los mayores de 80. «Si está preparada para estos colectivos, está preparada para todo el mundo».
Por su parte, la arquitecta Izaskun Chinchilla aludió a que las ciudades mediterráneas son el soporte perfecto, aunque es necesario actualizarlas en sus usos. «Tenemos un punto de partida muy bueno», señaló en este sentido.