«Cuando vuelvo a las pruebas de motor comencé como copiloto de ralis como el santiagués Pablo Antelo y su Mitsubishi, en el campeonato autonómico», apunta el piloto cerdedense. Desde el 2006 acude a numerosas carreras, también subidas del gallego de montaña. Pero un accidente provoca un nuevo punto de inflexión en su trayectoria deportiva.
Regreso al circuito en el 2008
El grave accidente que sufría Juan Campos, ocurrido en el 2008, le llevó a considerar la seguridad como algo con mucha mayor relevancia de la que tuvo para él hasta entonces. «Decidí dar un paso e implicarme en estos temas, además de considerar que había más seguridad para correr en los circuitos, el sitio ideal para ello y con automóviles», comenta. De su etapa con las motos conocía los circuitos y en el 2010 comienza a competir. Ya suma más de una década, primero en la Copa Peugeot, en los años 2010 y 2011, para emprender desde el 2012 el Campeonato de España de Resistencia.
Un Seat Ibiza o un León fueron algunos de los coches que ha pilotado. Ahora compite con un Renault Clío, que le está dando muchas alegrías desde el 2018. En el pasado 2020 marcado por la pandemia se disputó todo el campeonato nacional, «con un protocolo muy estricto aunque dadas las características de los circuitos es relativamente fácil fijar las condiciones de seguridad». Pero daba un paso más allá en estas cuestiones, ejerciendo en la actualidad como vocal en la comisión médica de la Federación Española de Automovilismo, además de organizar cursos de actuación en accidentes deportivos con automóviles, que desde el 2016 están centralizados en el circuito forcaricense de A Madalena, con el aval federativo español y con supervisión internacional. Este pasado año participó en un congreso promovido por la institución automovilística nacional como integrante de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias.