Negocios que echan un pulso al covid

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Tienen locales que amplían y multiplican servicios para seguir generando

04 nov 2020 . Actualizado a las 12:34 h.

Son empresarios y como a todos, el covid los está poniendo contra las cuerdas. Pero ellos han decidido saltarla. O al menos intentarlo. Olga Fraga tenía una pequeña tienda de moda en la calle Manuel Quiroga. Justo ayer hacía un año de su inauguración. A pesar de que la pandemia le pilló con la andadura recién comenzada le fue bien y este verano se dio cuenta de que necesitaba ampliar y dar más opciones a sus clientas. Cruzó la acera, arregló un bajo cuatro veces más grande y hace tan solo diez días, con las restricciones comiendo los talones de la hostelería y el pequeño comercio, la inauguró. «Cuando abrí la puerta, pensé: ¡Ya está! Si hay que cerrar, lo haremos, prima la salud. A la vuelta estaremos aquí», comenta Fraga Sanmartín, que pensó hasta en el mínimo detalle para convertir Tólf en ese sueño al que tantas veces la empujó su hermano.

Cada rincón tiene algo de Olga, tiene encanto por los cuatro costados. Un mueble hecho por un herrero con más de 250 kilos de hierro que le obligó a desmontar una puerta para meterlo es la niña bonita de este local. Ahí se exponen las joyas que hacen para su marca. Los colgadores son cepas de árboles y una pequeña puerta de un hórreo es ahora una estantería. «En el otro local era una mesa y ahora está sobre otra más grande para simbolizar que de lo pequeño pasamos a los grande», subraya Olga.

La moda nacional y el trato personalizado son el plato fuerte de este rincón junto al Liceo Casino. Hasta uno de los probadores se transforman en un vestidor privado para convertir la compra en una experiencia completa y privada. Tener que cerrar sería un obstáculo en su camino, pero Fraga Sanmartín quiere ser positiva y, aunque le da algo de vértigo, sabe que lo primero es la salud. Dos semanas después del confinamiento y cuando superó el shock que le supuso, buscó alternativas para seguir activa. Comenzó a vender por Instagram y siguió cumpliendo ilusiones. Porque estos emprendedores son de los que creen que para seguir el camino hay que ir asfaltándolo. Andrés Acuña, de Panaderías Acuña, sigue alimentándolo. Ha comenzado las obras para abrir un nuevo despacho en el centro de la ciudad y en unas semanas comenzará a preparar 5.000 metros cuadros de finca en Vilaboa para plantar trigo Callobre. «En un inicio esperamos obtener entre mil y 1.500 kilos de harina al año. Con ella haremos un pan de temporada de edición limitada hasta que se acabe. Será un producto de valor añadido», apunta Andrés Acuña, que cree que este puede ser el inicio de un proyecto ilusionante.

Él y su hermano apuestan por ser positivos y seguir creciendo a pesar de la pandemia. «El primer año no cubriremos los gastos, pero es una apuesta que hacemos de economía sostenible y además animamos a que si hay agricultores que quieren trabajar sus tierras, que hablen con nosotros», explica Acuña sobre este proyecto que acaba de empezar y que el próximo mes de septiembre empezará a dar sus frutos.

Los responsables de Panaderías Acuña retoman así una idea de su familia y dan a las tierras una nueva vida. «Se perdió tanto la agricultura que parece que la tierra vale solo para hacer chalés», explica Andrés, que cree que es imprescindible seguir arriesgando, a pesar de la amenaza constante que deja el covid sobre los negocios locales.

Servicio a domicilio

Estos emprendedores y empresarios de Pontevedra no descansan. Sus ideas dan vueltas y vueltas en la cabeza para seguir creyendo en su negocio. Diana Montero, de Pumpernickel, ha puesto en marcha el take away. Sus productos llegan hasta todos los negocios y comercios que lo soliciten. Pero no solo pastelería, también llevan los desayunos o brunch para reuniones profesionales. «Tenemos que sacar adelante el negocio, la situación está complicada, nosotros somos ocho empleados y ayer tuvimos que prescindir de uno», comenta Montero, que desde que decidió ampliar el negocio se ha enfrentado a varios problemas burocráticos que le tuvieron el local paralizado durante meses. Abrieron en verano y de nuevo la pandemia se puso en el medio de sus aspiraciones.

Hasta ahora han logrado esquivar las embestidas del covid y se apuntan al servicio a domicilio o los pedidos on line, como también han hecho otros negocios de la ciudad, que han tenido que acogerse a estas alternativas para salvar los desafíos del coronavirus.