Miguel Ángel Piñón: «Los cuidados de la enfermería se hicieron más visibles en la pandemia»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

El exjefe de Cirugía reclama un esfuerzo a la UVigo para la integración del centro

12 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel Ángel Piñón Cimadevila (Pontevedra, 1947) lleva diez años al frente de la Escuela Universitaria de Enfermería de Pontevedra. Este grado fue el que más solicitudes recibió del campus de Pontevedra, más de 1.800, para el próximo curso. En el primer plazo de matrícula la nota de corte fue de 11,690, la más alta de las titulaciones que se imparten en la ciudad. El médico, exjefe de Cirugía del Chop, valora el tirón de estos estudios y el papel que desempeña la profesión durante la pandemia.

-¿A qué achaca la alta demanda de la carrera de Enfermería?

-Desde hace tiempo las profesiones sanitarias tienen un tirón importante. Pero en los últimos años más porque la sociedad del conocimiento tiene acceso a una formación continuada donde la salud preocupa mucho. Quizá la pandemia puso de manifiesto una serie de conocimientos de enfermería y de unas actitudes personales de altruismo y solidaridad que la han hecho más atractiva si cabe.

-Y eso a pesar de que se puede estudiar en todos los campus gallegos...

-Es que hacen falta más enfermeros. Estamos en un país con un índice de enfermeros muy por debajo de Europa. Entonces hay la posibilidad de acceder a un trabajo más fácilmente. Son motivos para hacer la profesión más atractiva.

-¿Qué papel jugó y juega la enfermería en la pandemia del coronavirus?

-Ha puesto de manifiesto varias cosas importantes. Una es el conocimiento y los valores esenciales de la profesión, que son los cuidados y la entrega. Es la esencia de la enfermería, cuidado por, cuidado de, cuidado hacia... Realmente son valores importantísimos y nadie va a poder decir jamás que es otra la esencia de la enfermería porque los cuidados no tienen límites. El conocimiento científico y los cuidados que se pusieron de manifiesto en toda la pandemia fueron importantes para el colectivo, que se reivindicó. Se hizo visible de forma autónoma. La sociedad sabía que había enfermeros en los hospitales, en los centros de salud... pero al final no estaban claras las funciones. Es una profesión que todavía soporta estereotipos, ser ayudante del médico... La pandemia la hizo muy visible y la sociedad supo captar todo eso. Y solo por egoísmo hay que cuidar a los cuidadores. Es una profesión tan digna y necesaria como la propia medicina.

-Lleva diez años como director de la Escuela, que sigue dependiendo de la Diputación al ser un centro adscrito. ¿Verá la integración plena en la Universidade de Vigo?

-La Escuela de Enfermería de Pontevedra tiene una peculiaridad importante. Surgió de una idea futurista en el año 1974 de tres personas importantes, el director del hospital, el presidente de la Diputación y un catedrático de instituto presidente de Cruz Roja. Aquella idea dio lugar a la creación de la escuela de ATS, que fue el origen. Esta escuela de Pontevedra dependía de la Diputación y, aunque hoy contamos con un apoyo total institucional y por parte de la presidenta, hubo momentos de altibajos. Había más resignación que convicción. Había unos profesionales vinculados al área sanitaria que desarrollaban las labores docentes. Ese espíritu singular se fue haciendo más acusado y con las autoridades sanitarias y profesionales del área se compartió la formación con los profesores de la escuela y con el personal de administración. Los alumnos también participaron y no eran solo el objetivo. Más que presentar conflictos cuando hay un problema proponen soluciones.

-Pero, ¿cuál es el problema para la integración, la verá usted antes de dejar el cargo?

-La realidad es que seguimos siendo un centro adscrito. Hemos reunido con un gran esfuerzo las condiciones de calidad, dedicación, selección de profesorado, etcétera, que requiere la Universidad para estar a la altura y creo que la Escuela de Pontevedra reúne todos los requisitos para integrarse. El tener cuatro centros adscritos y ninguno integrado no es bueno. Como el título es conjunto no sabemos ahora cuál es realmente el problema para que la Escuela de Pontevedra no esté integrada. Hemos sido recibidos en el campus con cariño y toda la valoración. El no estar ubicados en el campus es un hándicap desde el punto de vista de la formación humanística complementaria, aunque no es vital porque el estar en un hospital en una profesión como la nuestra también es importante. Creo que ahora mismo la Escuela sí ve la luz de llegar a la Universidad, pero quizá necesitamos que la Universidad en vez de esperarnos recorra esos pocos metros y nos ayude a integrarnos porque sería bueno para todos.

«Propusimos ampliar nuestra sede del Hospital Provincial»

Miguel Piñón no descarta que la Escuela pueda ampliar su sede actual en el Hospital Provincial.

-La cuarta planta del Provincial es la sede de la Escuela. ¿Qué pasará con el Gran Montecelo?

-Reiterar el agradecimiento es poco a las autoridades del Chop y del área sanitaria porque se han comprometido a fondo con la Escuela. No solo con la participación en la docencia práctica con profesionales, sino institucionalmente. En su momento hemos hecho una propuesta a través de la gerencia a la Consellería de Sanidade para que el resto de la planta, ya que ahora compartimos espacios (salón de actos, biblioteca) con el hospital, se quedase para la Escuela como sede definitiva, si no pasa en su momento al campus. Así podríamos ampliar. El gerente ha hecho de correa de transmisión de nuestra petición, ya que comparte nuestra filosofía, a las autoridades sanitarias. Esa ampliación de espacios permitiría hacer la Escuela más confortable, más cómoda. Ahora nos falta un poco de espacio.

-Además de más espacio, ¿qué otras necesidades tiene la Escuela de Enfermería?

-Tengo que reiterar el agradecimiento a la Diputación porque en los últimos años nos ha entendido y ha compartido sensibilidad con la Escuela. Entre las infraestructuras realizadas está el aire climatizado, monitores de enseñanza práctica de última generación, renovación de aulas... En cuanto al profesorado, desde el año 2010 en que cogí la dirección, fue mi intención que todas las plazas salieran a concurso de selección pública para que fuese transparente y libre y accediesen los mejores. Seguimos con ese espíritu y es un compromiso de honestidad y lealtad con la Diputación. En estos momentos las plazas son hasta 28 y hay 25. Ha cambiado el título de profesor, hay ocho doctores, e incluso hay profesores enfermeros haciendo la tesis doctoral y otros con cursos de la Aneca.