«Al adoptar un perro, estás salvando dos vidas»

xiana r. olivares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

ADRIÁN BAÚLDE

Con una capacidad para 150 canes, la protectora tiene 147 actualmente, y hay 25 en casas de acogida

01 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los perros se lo han enseñado todo. «Me sacaron de una depresión. Fueron mi vía de escape al morir mi hermano», cuenta la presidenta de Os Palleiros, Gloria Cubas. Entonces empezó como voluntaria en la protectora, donde lleva ya seis años al frente de la directiva. Esta nueva casa «me dio la vida», y ahora ya no se la imagina sin los peludos, a quienes se encarga de devolver todo su amor incondicional.

-Se cierra una de las temporadas más duras del año para ser perro. ¿Qué pasa en verano?

-Este está siendo bastante fastidiado en cuanto a perras con cachorros. Aparecen muchas hembras preñadas, y hubo un momento del verano que nos encontramos con 25 cachorros en la protectora. Es la época de vacaciones: una vez vino un señor que iba a hacer el camino de Santiago y quería dejar al perro en la protectora. Le dije que se lo llevara, ¡si hay albergues para ir con ellos! No lo entiendo. Solo pensar en dejar a mi perra... No soy capaz, tendría que estar mal de la cabeza para abandonarla. También se nota el fin de temporada de caza, aparecen muchos podencos y sus cruces. Y después de Navidad, el típico ‘regalo’ que aparece a los dos o tres meses tirado por el monte.

-De hecho, paralizan las campañas de adopción en Navidad.

-Porque un perro no es un juguete que pueda ser concebido como un regalo. Hay gente que viene y quiere regalarle un perro a su padre o a su hermano. Pues no. El perro no se da en adopción si no viene la persona con la que va a estar, que tiene que pasar una entrevista, como todo el mundo.

-¿Por qué adoptar y no comprar?

-Cuando adoptas un perro estás dando la oportunidad de salvar a otro que está en la calle. A veces tenemos perros en la calle, controlados, pero sin poder entrar a la protectora por falta de espacio. Al adoptar no estás salvando una vida, sino dos. Además, hay muchos criaderos ilegales. No quiero decir que todos sean iguales.

-¿Cómo llega un perro que ha sufrido el abandono de su dueño, o peor aún, maltrato?

-Algunos llegan a la protectora contentos, y cuando pasa el tiempo y ven que su dueño no llega se empiezan a estresar. Otros entran rebeldes, pero no es su culpa. Se ven en un ambiente extraño o han sido víctimas de maltrato, y creen que todos somos iguales. Demostrarle lo contrario lleva su tiempo. A veces necesitamos a un educador para que nos dé pautas para trabajar con ellos, porque algunos llegan agresivos, pero es normal. Eso es culpa del dueño, no del perro.

-¿Cómo se aseguran de que al perro le espera un buen hogar?

-Cuando alguien viene a la protectora tiene que pasar una entrevista exhaustiva. Mucha gente se deja llevar por la estética del animal, pero nosotros siempre aconsejamos el mejor perro para el tipo de vida que lleva la persona, en función de si es activa o más bien sedentaria. Si no pasas el cuestionario, no te llevas al perro. Son muchas preguntas y de todo tipo, por si pillas a alguien en un renuncio, que ya tiene ocurrido. En algún caso hemos hecho el seguimiento, no te cogen el teléfono y, cuando vas allí, tienen al perro atado. En esos casos, se lo retiramos o llamamos directamente a la Guardia Civil. Mucha gente quiere perros ‘alarma’, para que defienda la casa, y no para disfrutarlo.

-Una vez el animal es adoptado, realizan un seguimiento. Tiempo después, ¿cómo ha cambiado ese perro?

-Es que solo hay que verle la cara. Hay perros que son felices en la protectora. Algunos tuvieron que volver porque no se adaptaban en la casa, pero afortunadamente son muy pocos. Nosotros procuramos que no vuelvan, que sea una adopción para siempre.

-Los mayores lo tienen más difícil a la hora de encontrar un hogar.

-Sí. Están en casas de acogida, donde también tienen perros que la gente encuentra o que están enfermos. Nosotros nos ocupamos de todos los gastos veterinarios o si necesitan un pienso especial, pues siguen siendo nuestros. También tienen menos salida los perros mal considerados potencialmente peligrosos. Tienen muy mala fama, pero queremos demostrar que no es la raza, es la educación, y no es culpa del perro, sino del dueño. Requieren de una licencia y trámites que mucha gente no está dispuesta a hacer. Los sacamos de paseo y gestionamos el tema de las licencias para que puedan salir.

-¿Cómo se financia la protectora?

-Antes, el Concello, que nos ayuda si necesitamos material o poner algún puesto, nos daba 28.000 euros al año. Ahora nos da 35.000 pero es insuficiente, porque tenemos unos gastos de cerca de 100.000 euros al año. El dinero restante viene de socios, padrinos, donaciones puntuales o mercadillos.

-El caso de los holandeses que tuvieron el accidente con la furgoneta y dejaron a sus once perros al cuidado de la protectora fue todo un acontecimiento. ¿Qué les han enseñado?

-Personalmente, me marcó muchísimo. Ella estaba impedida, y él cuidaba de ella y de los perros. Me viene a la cabeza esta gente cuando otros me dicen que no pueden cuidar del perro. Lucharon por sus animales hasta el final. Y era emocionante llegar allí y ver cómo reconocían a sus dueños y cómo los defendían; no querían que te acercaras a ellos. Era una pasada ver esa escena.