Solo a un iluso se le ocurriría extrapolar los resultados obtenidos el pasado domingo para establecer un hipotético reparto de concejales. Es un debate zanjado, que no tiene sentido hacer prácticamente en ninguna circunscripción y mucho menos en Pontevedra. La experiencia hace prever con rotundidad que el 26 de mayo los resultados serán muy diferentes.
Pero sí cabe analizar tendencias, y estas apuntan en varias direcciones. Las más claras dejan a un PP en caída y a un PSOE en alza. Eso, a nivel general. Está por vez cómo se traduce en las municipales, especialmente en el caso de los de Rafa Domínguez. No hay que olvidar que el PP ya venía de obtener en las elecciones locales del 2015 sus peores resultados históricos en la ciudad (27 % de votos). El domingo no llegó al 24 %. ¿Extrapolable? No. ¿Tendencia a la baja? Puede ser.
En el lado contrario, los socialistas. Acaban de vivir un subidón y el reto es refrendarlo en las municipales. Tino Fernández es consciente de que muchos de los dieciséis mil pontevedreses que votaron al PSOE el domingo, en mayo elegirán la papeleta del BNG. La lucha será aprovechar la actual ola a favor para que ese trasvase no abra una vía de agua similar a la del 2015 (12.773 votos de diferencia a favor de los nacionalistas). La tendencia apunta a que el PSOE recuperará apoyos.
En Ciudadanos, el objetivo es confirmar el viento favorable y hacerlo en medio de una crisis entre la agrupación local y los responsables autonómicos del partido, que impusieron a un candidato que tiene en contra su escaso grado de conocimiento entre los votantes. El reto es que la marca prevalezca sobre la persona, todo lo contrario de lo que se antoja que suele suceder en unas municipales.
Precisamente, que el candidato esté muy por encima de la marca es lo que se vive desde hace dos décadas en el BNG. Tras haber recuperado apoyos en unas generales que no le eran en absoluto favorables, Fernández Lores sí parece tener todo a favor para al 26 de mayo.
Uno de los factores que pueden favorecerle es la situación de Marea Pontevedra. Al margen del batacazo del domingo (un 0,9 % de votos obtuvo En Marea), la fragmentación con Podemos no hará sino perjudicar los intereses electorales de ambos. Y el BNG puede ser el gran beneficiado.
Como también lo puede ser de los votos que pierda el PP en favor de VOX, que será la principal incógnita de las municipales en Pontevedra. Ahí sí que no hay tendencias que valgan.