«Estou moito máis acostumada a levar paus que medallas»

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Capotillo

Lola Ramos fue reconocida ayer por UGT como mujer brava y símbolo de la lucha sindical

06 mar 2019 . Actualizado a las 11:39 h.

Se llama Lola. Y, como dice la canción, «tiene historia». Es Lola Ramos, la cara visible de la lucha de los trabajadores de Clesa y también una de las personas que se jugó el tipo para luchar contra el embalse del Umia. Lola está acostumbrada a la lucha. A tener que ser brava. A no arrugarse. A no caer. Pero ayer le tocó todo lo contrario. En un acto tan sencillo como emotivo, UGT le entregó en Pontevedra un premio como Muller Traballadora. Y Lola dijo: «Estou moito máis acostumada aos paus que ás medallas, así que se me fai raro».

Para repasar la historia de Lola, para conocer su madera brava, hay que viajar a finales de los noventa. Corría 1997 y en la comarca de Caldas se formaba la Coordinadora Antiencoro. Había que luchar contra la construcción del embalse del Umia. Y ahí estaba Lola, en primera fila. Ayer, a vuelapluma, rescataba un recuerdo de esos años: «O mellor era cando viñan dirixentes importantes ou mesmo axentes da Garda Civil e nos trataban con desprezo, subestimándonos por completo e crendo que eramos catro mulleres tolas e punto. E de súpeto vían que ninguén se dobregaba e marchaban co rabo entre as pernas. Era tremendo», cuenta.

Les tocó batallar con antidisturbios y vivieron momentos muy duros. «Houbo moito dolor», recordaba ayer. Luego, buscaba con la mirada a quienes habían acudido a su homenaje y señalaba a Paloma Fernández, portavoz de la coordinadora. «Tamén pasaron cousas boísimas, eu e Paloma non nos coñeciamos, e agora somos irmás», manifestaba. Además, por mucho que la presa se haya construido, Lola no cree que la batalla esté perdida. Ni mucho menos. «Gañeremos. Algún día gañaremos. O tempo estanos dando a razón co encoro», indicaba.

Perseverancia

Hablar así tras tantos años de lucha tiene mucho mérito. Pero es que Lola es de las que cree que solo la perseverancia lleva al triunfo. Ayer la homenajearon por lo que hizo en Clesa. ¿Qué hizo? Luchar, luchar y luchar. Empezó a trabajar en la compañía con 21 años y ya en los años ochenta se afilió a UGT. Siempre fue reivindicativa. Y eso le llevó al comité de empresa. En el año 2008 ahí estaba ella, presidiendo el comité de Clesa y participando como representante del sindicato en Galicia en la negociación del convenio estatal de las industrias lácteas. Su bravura la tuvo que sacar a relucir en el 2010, cuando comenzaron los problemas y los impagos en Clesa.

Lola Ramos se marchaba entonces a Madrid y a donde hiciese falta para tratar de salvar Clesa. Ora tocaba contactar con cooperativas. Ora tocaba sentarse a hablar con la familia Ruiz Mateos. Era una mujer peleando continuamente en mesas en las que solo se sentaban hombres. Dice que no se sintió discriminada. Y habla muy claro: «Eu sempre tiven claro que non me ía arrugar ante ninguén. Nin ante os Ruíz Mateos nin ante ninguén. E penso que iso foi importante. Se vas con medo non consegues nada. Foi un proceso que levou implícito moito dolor, pero foi o que nos tocou», indica.

El hecho de que la planta de Caldas encontrase comprador y que la empresa siga viva es el bálsamo que atenúa ese dolor. De hecho, ayer, en el homenaje, Lola Ramos no dejaba de acordarse de las personas que fueron claves para que las cosas saliesen bien en Clesa. En su boca estaba Roberto García, líder de Unións Agrarias, o el exconselleiro de Industria Javier Guerra.

Sus compañeros de UGT la rodearon y ensalzaron su labor. Tras entregarle el premio, una frase pronunciada por la responsable de Igualdade de UGT en Galicia, Mónica Rodríguez, quedó flotando en el aire: «Estamos orgullosos de ti. A UGT e a sociedade necesita de moitas Lolas coma ti», se escuchó. Luego, hubo un pincho de celebración.