La Bella Napoli 1970 apuesta por materia prima de calidad y masa con mucha agua para aligerar el plato típico italiano
19 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hace unos dos años, Salvatore Tavilla y Giuseppe Verniero, dos italianos cada vez más pontevedreses, se enfadaron con la pizza. Bueno, no fue exactamente un enfado. Ellos cogieron las riendas del Mare e Monti, el restaurante en el que trabajaban como empleados, y decidieron eliminar el típico plato italiano de la carta. También se cargaron los canelones y la lasaña. ¿Por qué? Porque querían enseñar más cosas de la cocina italiana. Hacían entonces una reflexión y decían: «La paella y la tortilla están buenísimas, pero sería un poco triste que solo se exportase eso de la cocina española». De ahí que en el Mare e Monti apostasen por cosas nuevas. Les salió bien la jugada. Están encantados con la respuesta del público. Sin embargo, han decidido darle una oportunidad a la pizza. ¿Cómo? Han montado otro local a medias, en la calle José Casal, llamado La Bella Napoli 1970. Ahí sí la pizza es la reina.
Tratándose de Salvatore y Giuseppe, dos emprendedores natos y dos amantes de la historia italiana, La Bella Napoli no podía ser una pizzería al uso. No lo es su estética, con un fresco en la pared que invita a zambullirse en el mar italiano. Y no lo es su carta. Lo explica bien Giuseppe Verniero: «Queremos contar la historia de la pizza napolitana, cómo, de dónde y por qué se hizo. Y eso lo hacemos a través de la carta». Ofrecen desde la emblemática margarita, cuyo origen se remonta a 1.850 a clásicas cuatro quesos pero también dejan un hueco para las variedades gourmet en las que la masa se marida con productos como bacalao o trufas.
Un 75% de líquido
Pero hay algo más. Giuseppe, Salvatore y el equipo que les rodea -gestionan ambos restaurantes, así que cuentan con un grupo de profesionales detrás- también quieren acabar con la idea de que la pizza es una comida rica en calorías y poco saludable. ¿Qué se les ocurrió? «Hacemos una masa en la que el 75 % es agua y utilizamos productos italianos y gallegos de muy alta calidad, de ahí sale una pizza muy ligera y sana. La pizza no tiene que ser una comida basura, hay que acabar con esa idea y con esa práctica», señala Giuseppe mientras enseña el nuevo local, que abrió hace unos meses y que ya se está haciendo un hueco en la agenda de muchos comensales pontevedreses.
Para poner en marcha este local ambos italianos tiraron de la tradición. Salvatore, que es el jefe en cocina, miró hacia sus raíces. Su abuelo fue un gran hostelero en Italia, así que de él cogió técnica y costumbres. Giuseppe lleva más de media vida en el sector, así que también tiene sobrada experiencia. Lo combinaron con las nuevas técnicas culinarias y la tecnología. Y todo ello va dentro de la pizza. Comerla es comerse un trozo de Nápoles.