Cuando la música pone las cosas en su sitio

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA /LA VOZ

PONTEVEDRA

MONICA IRAGO

Asdabanda conquistaron al público en el concierto que ofrecieron para presentar Festivala

05 jun 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

Era la primera vez que se presentaban ante el público solas. Estaban nerviosas, aunque decididas, pero cuando escucharon los aplausos del público supieron que en la plaza de abastos de Vilagarcía «se había creado algo». Habla Marta Novoa, la impulsora del proyecto Asdabanda. Es esta una formación integrada por las mujeres de la banda de Vilagarcía que han decidido sumarse, con su repertorio, a la celebración del Festivala-Mulleres Creando, un certamen que pretende hacer visible el talento femenino, que hay mucho y muy variado. Aunque el grueso de Festivala se desarrollará el próximo sábado en la capital arousana, el pasado fin de semana, para abrir boca, Asdabanda tomaron sus instrumentos e hicieron enmudecer al público con las tres piezas que interpretaron. A la batuta estaba Marta, la impulsora de esta formación.

«Cuando se celebró el primer Festivala, me quedé con las ganas de hacer algo», cuenta esta profesora de Primaria, logopeda, licenciada en música y madre de tres dos niñas y un niño. Así que, cuando se enteró de que se estaba fraguando la segunda edición de esta propuesta feminista, alumbrada por O Soño de Lilith, no se lo pensó dos veces. Lo primero que se le ocurrió fue proponerle a una amiga, música como ella, preparar algo para dar un concierto. «Pero un día, en el ensayo de la banda, se me pasó por la cabeza la idea, y se la planteé a todas las músicas. ¿Por qué no hacer algo todas juntas?», dice. El recuerdo es imborrable, «porque enseguida todas dijeron que sí». Así que las veinticinco integrantes de la banda de Vilagarcía sacaron un poco de tiempo extra a sus ocupaciones cotidianas para preparar un pequeño repertorio. «Nuestra intención era hacer un concierto con intérpretes mujeres, pero también con piezas compuestas por mujeres», explica Marta Novoa. A tanto no se pudo llegar. «Haberlas, las hay, y muchas. Pero no tuvimos tiempo de adaptar los temas». Quedará esta tarea para la próxima. Porque, tras la buena acogida que han tenido en la capital arousana, Asdabanda no descartan volver a repetir la experiencia.

«Estos días, mucha gente nos ha preguntado si va a haber una banda de hombres y otra de mujeres. Y no, no es nada de eso», cuenta Marta. Recuerda que cuando ella era una niña eran contadas las féminas que formaban parte de estos grupos de música. «Había una o dos, como mucho», afirma esta mujer, que creció en Chantada, tierra gran tradición musical. Las cosas han cambiado, las mujeres músicas han conquistado espacios, y no piensan renunciar a ellos. «Esto es otra cosa. Lo que queremos es visibilizar nuestro trabajo, reivindicarnos», cuenta Marta. Ese es el objetivo por el que Asdabanda nacieron, y por el que están dispuestas a volver a reunirse en momentos especiales., en fechas que lo requieran. «Y eso es todo. Nosotras formamos parte de la banda de Vilagarcía y estamos muy orgullosas de ello», explica quien el pasado sábado ofició, por primera vez, como directora. «Yo soy flautista, nunca había pensado en dirigir, pero todo esto me ha dado fuerzas para hacerlo. El otro día fue mi primera vez. Y pensé: ya que estoy aquí, voy a hacerlo con el corazón. Cuando haces las cosas así es muy probable que salgan bien», cuenta.

El gran momento

El pasado sábado, en el acto organizado por las integrantes de O Soño de Lilith, no solo puso su corazón Marta. «A mí me tocó dirigir, pero quienes interpretaron las piezas fueron ellas. El mérito es todo suyo». De las músicas. Mujeres de entre diez y cuarenta años que se quedaron «felices y muy sorprendidas» al notar un fervor inesperado en el aplauso del público. Habían elegido las piezas con cuidado -arrancaron con la emocionante Negra Sombra, siguieron con Libre soy, de Frozen, y acabaron con una pieza tradicional que hizo vibrar al respetable-, y habían adaptado los temas para que no se notase que faltaban algunos instrumentos. «No tenemos a ninguna mujer que toque la tuba, por ejemplo, así que tuvimos que tirar por otros instrumentos graves», explica Novoa. La mezcla resultó perfecta. Tanto las músicas más veteranas como las más pequeñas -entre ellas Mariña y Sara, las dos hijas de Marta-, compartieron un momento emocionante. Entre el público tenían al resto de la familia: el pequeño Iago, un futuro percusionista, y el orgulloso marido y padre, Jesús Nogueira, el director de la banda de Vilagarcía. Y, a su alrededor, decenas de gestos emocionados y manos que aplaudían con vigor. «Fue una cosa pequeña pero muy bonita. Y ya sabes lo que dicen, mucha gente pequeña haciendo cosas pequeñas...». La frase queda en el aire. El mundo cambia.

Las veinticinco integrantes de la agrupación se sumaron, sin dudarlo, a la acción

«No se trata de hacer una banda de hombres y otra de mujeres. No tiene nada que ver»