Rifas para correr a 180 por hora

manu otero PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

capotillo

La piloto pontevedresa Tania Fernández Rosendo busca financiación para competir el campeonato nacional de Yamaha R3

20 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La piloto pontevedresa Tania Fernández Rosendo está decidida a seguir progresando en el mundo del motociclismo. La más joven de la parrilla -está a punto de cumplir quince años- acaba de culminar su primera participación en el campeonato nacional de Yamaha R3 en cuarta posición. La pupila de Chicho Lorenzo no se conforma con otra cosa que no sea el podio. Pero antes necesita financiación para costear su participación en un circuito de seis carreras que le supone un gasto de 900 euros cada una de ellas. «Chicho nos dio unas rifas este año para ayudarnos a costear el campeonato, si vendo las 5.000 sería de gran ayuda», confiesa la prometedora piloto.

Sin embargo, la campaña no está yendo todo lo rápido que esperaba y para ello ha recurrido a las redes sociales y a los centenares de seguidores que la siguen en su página. «Podría ir mucho mejor, llevo vendidas unas mil», admite angustiada porque el plazo expira el día del sorteo de Navidad. Con el anuncio en su perfil de Facebook, muchos de sus fans ya se están movilizando y pidiendo boletos desde A Coruña, Vigo o el País Vasco para ayudarla a venderlas. Por un euro, los compradores podrían llevarse «una réplica del casco de Jorge Lorenzo con unos deslizadores y guantes de competición», destaca la motociclista.

Es consciente Tania Fernández de la exigencia económica que supone para sus padres la práctica de este deporte. Y por ello la joven piloto renunció el pasado año a correr los circuitos gallegos para centrarse en el nacional. «Del campeonato gallego y del VS Team solo corrí una carrera este año para centrarme en el nacional y también ahorrar gastos», explica la pontevedresa.

Y no le fue mal. En su primer año firmó dos cuartos puestos en Jerez y Navarra, aunque su trazado favorito es el de Motorland, en Aragón. «Me encanta, parece como Moto GP, quiero estar ahí», recalca ilusionada.

Por ahora se conforma con exprimir al máximo su Yamaha de 300 centímetros cúbicos y seguir trabajando para algún día hacer realidad su sueño de correr el mundial femenino que se está gestando. «Quiero subir al podio, pero hay que trabajar», remata.