Postre a base de mejillón para una gastronomía diferente

Serxio González Souto
s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

MARTINA MISER

O Grove consumió anoche el primer fin de semana de la Festa do Marisco con un rotundo éxito de público

10 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

O Grove consumió anoche el primer fin de semana de la Festa do Marisco con un rotundo éxito de público. «Agora non hai problema, porque aínda é cedo», aseguraba a eso de las once de la mañana un optimista miembro de la organización desde las carpas que entonces comenzaban a desperezarse. Media hora más tarde, aparcar en las inmediaciones del recinto de O Corgo resultaba, sencillamente, imposible.

El sol, claro, echaba una mano, como reconocía la clientela del bar Moscón mientras buscaba la sombra. Enfrente, el pulpo y los arroces continuaban liderando el ránking de preferencias del grueso de los comensales. Pero en la pantagruélica celebración grovense hay un pequeño lugar que va más allá de las clásicas preparaciones que hacen las delicias de japoneses, italianos, alemanes y media piel de toro. Allí dentro, en la carpa Mahou, se cocina una Festa do Marisco diferente. Seis puestos (Casino La Toja, A Costa, A Tapería, Pan de Millo, Meloxeira y Misturas) ofrecen pestiscos como un excelente ceviche de bonito, un bocadillo de chocos, la tetilla de pulpo y queso, las fajitas mariñeiras o un postre a base de mejillones que está para probarlo. La exhibición culinaria de mediodía corrió a cargo de César García, del Misturas, que trabajó un rodaballo marca Insuíña tras un emotivo discurso de Alfredo Fernández. El personal, fuera, hacía cola.