La conexión entre Rivas Fontán y Torres

PONTEVEDRA

r. leiro

La reconstrucción del teatro Principal fue el nudo gordiano de sus respectivas biografías y estableció una fructífera colaboración entre el exalcalde y el prolífico escritor y editor

29 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Quiso el destino que el día que Sabino Torres expiraba en un hospital de Madrid, José Rivas Fontán presentase en Pontevedra su libro de memorias. No fue casualidad que la puesta en escena social de la biografía del exalcalde escrita por Adrián Rodríguez, aconteciese en el Teatro Principal, donde protagonistas y público guardaron un minuto de silencio por el fallecimiento del editor y poeta.

Ese auditorio fue reconstruido bajo mandato de Rivas, quien precisamente contrató a Torres como comisario de la excepcional programación cultural que acompañó la reapertura de ese foro después de haber ardido en la madrugada del 14 de abril de 1980. El primer evento fue un inolvidable concierto de Monserrat Caballé, acompañada al piano por Miguel Zanetti (3/1/1987). Coincide asimismo que la reconstrucción del Principal condicionó acontecimientos que empujaron el devenir de las carreras de políticos como Rajoy, Fraga y el propio Rivas. En cambio, para Sabino Torres aquella «tormenta» fue otra de las vivencias que acumuló en su prolífico periplo vital e intelectual de más de 90 años de existencia intensísima.

Pepe Rivas probablemente necesitaba abrirse en canal en un libro de memorias para reconciliarse consigo mismo y reivindicarse como un político que, ciertamente, vivió lejos del rebaño. Sabino Torres, que ya había escrito antes las suyas (Crónicas de un tiempo escondido), lo hizo para alumbrar etapas oscuras de una ciudad que amó profundamente. Tanto que ahora le será reconocido post mortem con la probable concesión del título de hijo predilecto.

Pepe Rivas Fontán podría haber sido alcalde de Pontevedra por cinco mandatos consecutivos si no hubiera tropezado con diversas traiciones políticas y la catarata de obstáculos judiciales que troncharon su carrera. Podría haberse perpetuado por dos décadas consecutivas al frente del consistorio como otros regidores gallegos de longeva trayectoria como Paco Vázquez, Xosé López Orozco o actualmente Miguel Fernández Lores.

Carisma personal

En el caso del político de Xeve, fue alcalde de Pontevedra entre 1979 y 1991 con UCD, AP y finalmente al frente de una candidatura independiente. Entonces, como pasa ahora con Lores, ganaba las elecciones gracias a un indiscutible carisma personal que trascendía por encima de las siglas con las que se presentase. A él corresponde la única victoria con mayoría absoluta en unas municipales que ha ocurrido en esta capital. Fue en 1983 al frente de la candidatura de Alianza Popular: obtuvo 17 concejales de los 25 posibles. Entre los ediles que formaban aquel grupo municipal estaba un bisoño Rajoy Brey, que accedió a la presidencia de la Diputación. Ya fuera por acción o por omisión, Mariano terminó siendo uno de los críticos contra Rivas, quien se encontró entre algunos de los suyos una inesperada oposición a su proyecto estrella: la reconstrucción del Teatro Principal. El alcalde que gozaba de mayoría absoluta alucinó cuando un sector de sus concejales (Rajoy, Isidro Lago, Tomás Iribarren y las dos Isabeles: Pardo y Calvar) le votaban en contra rompiendo la disciplina del grupo. Las quejas de Pepe Rivas a Fraga cayeron en saco roto, preludio de lo que serían las malas relaciones entre ambos.

A partir de ahí, Rivas inició el desmarque de AP. Su deriva hasta terminar formando Independientes de Galicia, con la que se presenta en 1987 y consigue ser lista más votada con 10 concejales, tuvo mucho que ver con aquellos antecedentes y también con la falta de respaldo que el de Xeve sintió cuando comenzó el acoso y derribo judicial capitaneado por Luciano Varela Castro, entonces titular del Juzgado de Instrucción nº 3 de Pontevedra.

Si la peripecia procesal de Rivas Fontán aconteciese ahora tendría similar repercusión mediática que sumarios como los Pokemon, Púnica y similares. Una denuncia anónima llegada al juez Varela fue la que ocasionó la apertura de una de las varias causas contra el entonces alcalde: el caso del edificio Silva. La otorgación de esa licencia urbanística por el gobierno de Rivas habría sido compensada con el amueblamiento de la cocina del regidor en su vivienda de Xeve, como muestra de agradecimiento de los promotores del inmueble. Alcalde y comisión de gobierno municipal fueron imputados, procesados, juzgados e inicialmente condenados en la Audiencia Provincial por delitos de prevaricación y cohecho en el caso de Rivas por el regalo de la cocina.

Sentencias absolutorias

Pero esa condena que le inhabilitaba fue desbaratada por el Tribunal Supremo, hasta donde Pepe Rivas tuvo que litigar para obtener esa y otras sentencias absolutorias que desactivaron todos los sumarios que se le instruyeron, incluido aquel por una discutible acusación de ataque a la independencia del poder judicial basado en declaraciones que hoy nos harían sonreír.

En 1996, después de una retirada forzosa de la política activa durante más de un lustro, volvió a la carga. Fue un retorno breve y amargo. Elegido por dos veces diputado en el Congreso de la nación; secundó a Teresa Pedrosa en las municipales del 2003, bajo la promesa de ser elegido presidente de la Diputación de Pontevedra. Rajoy se la jugó de nuevo y Rivas terminó su larguísima carrera marcando otro hito: fue el primer concejal no adscrito de la historia democrática del Concello.