Dieciocho perros, un conejo y una chinchilla compitieron en O Grove y en Salgueiros se celebró el Encontro de Xenerais
15 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Solo en un municipio como O Grove, donde sus vecinos tienen verdadera pasión por el carnaval, podía triunfar un concurso de disfraces de mascotas. Veinte ejemplares -dieciocho canes, un conejo y una chinchilla- se convirtieron ayer en abejas y cangrejos para pasar una divertida tarde y, de paso, llevarse algún que otro premio. Humanos y animales compartieron disfraz y buen humor en uno de los pocos actos de carnaval que resistió al temporal. También en el Deza hubo fiesta. La parroquia de Salgueiros (Vila de Cruces) acogió los Encontros de Xenerais típicos del entroido del Val do Ulla
La cita era a las cinco de la tarde en la carpa instalada en O Corgo. Estuvo organizada por Todogrove, en colaboración con el Concello. Y había premios para los mas originales, los más divertidos, los más salvajes y hasta los más choqueiros. Hubo también un galardón para la mejor pareja mascota-propietario, que fue para Chumi y Neli Torres. Ambas aparecieron disfrazas con un divertido traje de cangrejo. Original fue también el disfraz de Toño Furela y sus mascotas, Bruklin y Paco. Él iba de veterinario y llevaba sobre el hombro una chinchilla. Con una correa portaba a un conejo que, por un día, era una abeja. Hubo, además, un perro vestido de novia, otro de princesa y un tercero convertido en un auténtico policía. Todos, muy originales.
Por otra parte, la parroquia de Salgueiros (Vila de Cruces) acogió ayer un nuevo episodio de los Encontros de Xenerais típicos del entroido del Val do Ulla. Pese al mal tiempo, la carpa habilitada por la organización se quedó pequeña. Numerosos visitantes acudieron para ver los vistosos uniformes con sombreros de plumas y para escuchar la sátira política de los encuentros. Los Xenerais llegaron acompañados de otras figuras y grupos típicos del carnaval local, como los mouros, la vellería, la parranda, el frade y el vello dos cornos. No faltó la típica suelta de la vaquilla, aunque más que torearla, lo que hicieron los maestros fue huir de ella.