«Addis Addis», un canto de esperanza a Etiopía

E. L. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

El periodista Carlos Agulló presentó ayer en Pontevedra su libro de relatos sobre el país africano

10 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La Facultad de Bellas Artes abrió ayer sus puertas a un país fascinante y diverso, de naturaleza portentosa y de gente herida por muchos sufrimientos, pero orgullosa de habitar una tierra de cultura milenaria y que lucha por un futuro que deje definitivamente atrás las imágenes de las hambrunas apocalípticas, las guerras fraticidas y las pandemias exterminadoras. Addis Addis, el libro sobre la capital de Etiopía del periodista Carlos Agulló, subdirector de La Voz de Galicia, tendió ayer, en su presentación en Pontevedra, un nuevo puente sociocultural para mejorar el conocimiento de esa nación africana. El acto congregó a un público entregado, al que el autor, sin ocultar cara más dura de la pobreza del país, contagió con su esperanzador relato de una sociedad en proceso de transformación y con una realidad actual alejada de los estereotipos que entorpecen su desarrollo.

La aportación de Agulló al futuro de Etiopía es una crónica en trece capítulos, a través de la observación personal y del testimonio de once personajes. Unos conocidos, como el atleta Haile Gebreselassie o el pintor Afewerk Tekle; agitadores de la vida cultural de la ciudad, como Melaku Belay, un niño de la calle que se convirtió en bailarín y empresario; jóvenes profesionales, como la arquitecta Selam Tewasom y también niños, como Mohamed y Peter, que se tienen que patear las calles para sobrevivir. Como ya adelantó en una entrevista en estas mismas páginas, el periodista explicó que su libro «es un tributo» a sus tres hijos, nacidos en Etiopía, que fueron los que le permitieron conocer una ciudad y un país tan fascinante como ignorado.

Paralelamente a la presentación del libro de Agulló, la asociación Abay para el desarrollo de Etiopía presentó sus proyectos solidarios, entre los que destacan múltiples actuaciones en materia educativa y apoyo comunitario en la aldea rural de Walmara, situada a 60 kilómetros de la capital. Esta oenegé nació en el año 2008 fruto de la inquietud de un grupo de padres adoptantes interesados en colaborar con las sociedad etíope.