Una Feira do Cocido bajo cero

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

PONTEVEDRA

El frío compartió protagonismo con el plato, la reivindicación vecinal y el desfile de entroido en una multitudinaria edición de la fiesta

13 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El cocido requiere frío en el ambiente y pausa en el comer. La primera premisa se cumplió a rajatabla ayer con temperaturas de cinco grados bajo cero. Eso sí, la sensación térmica por las concurridas calles de Lalín semejaba que todavía había algunos menos. Hasta el regidor reconocía que fue la edición más gélida de la Feira do Cocido que vivió desde que ostenta el cargo. Pese al frío el plato rey de la gastronomía, con gentes llegadas de las cuatro provincias gallegas, demostró que tiene músculo y su tirón popular no se oxida con el paso de los años, al alcanzar un bonito capicúa, 44, en este 2012.

Una edición en la que la organización cifró en unas 70.000 personas las que estuvieron en Lalín. Algunas pudieron aprovechar para comprar, pero la respuesta del comercio a la apertura fue tibia. Había tiendas abiertas, pero también muchas cerradas. Las calles se fueron animando según avanzó la mañana, muchas con bolsas en ristre tras su paso por el mercado repleto de puestos de productos cárnicos, quesos y otras delicatesen gastronómicas.

El programa oficial arrancó con la Encomenda para después trasladarse la comitiva hasta el mercado y recorrer el centro urbano, encabezada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, el alcalde de Lalín, José Crespo, y el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, junto al pregonero, el periodista y director de informativos de Tele 5, Pedro Piqueras, entre otras autoridades. Ya en el palco, los políticos se encontraron de frente a la plataforma vecinal en contra de la incineradora prevista en O Irixo.

Portaron pancartas y desfiló una comparsa para recrear la «defunción» del municipio ourensano y los limítrofes. Incluso hubo escrito para Feijoo en una respetuosa reivindicación a la que sacó punta tras la comida oficial el presidente. Resaltó que fue la primera vez que le traían a Lalín en medio de una manifestación en su contra, suavizada por Crespo: «As cámaras non os van sacar que están diante do palco».

Crespo destacó la capacidad de reinventarse, con una treintena de actos paralelos a la cita gastronómica, para resaltar la apuesta este año por hacer accesible la fiesta a las personas con discapacidad. Lo hizo ya más relajado tras concluir una Feira do Cocido en la que «Piqueiras», como él mismo se bautizó tras su «día más gallego e inolvidable», ensalzó su proyección nacional e internacional, «el pórtico del gran ciclo festivo del carnaval». Un pregón corto y aplaudido por el público.