Victoria Sineiro Iglesias, camionera
07 dic 2011 . Actualizado a las 12:30 h.Es su trabajo y, como ella dice, también su casa. De hecho, a la semana pasa más tiempo en la cabina de su camión que en su propio domicilio. Habitualmente cada martes, Victoria y su marido, Isidoro Ozores, emprenden ruta a Valencia para transportar congelado, leche o conservas, hacen allí su descanso y emprenden viaje de vuelta tras haber vuelto a cargar fruta con destino a Galicia. Más o menos cuatro mil kilómetros semanales que se reparten ambos cónyuges, que son autónomos. «Esto lo podemos hacer porque somos dos, en este sentido soy una privilegiada, yo sola no podría», comenta esta vecina de Dena.
Comenzó en la profesión hace ocho años, inmediatamente después de haberse sacado el carné y tras casarse con Isidoro, que lleva toda la vida en el camión. Antes había estado años trabajando en una academia como profesora de Informática y también de auxiliar de Farmacia. «Siempre me gustó conducir y viajar, y la gente me decía cuando me decidí, te pasas de un extremo al otro -cuenta-. Pero no soy ninguna innovadora. Cuando me saqué el carné de conducir en los 80, ya había una señora que se estaba quitando el de camión». Dice que la profesión ya no es tan de hombres como cuando empezó: «Ahora hay muchas chicas que van solas en el camión y yo las admiro, y también matrimonios». «Es un mundo de hombres, pero es un colectivo en el que hay mucha unión, y todo el mundo se ayuda mucho en la carretera».
Sí recuerda algún vacile cuando era primeriza: «Decían, ?mira, una mujer, a ver cómo aparca?... Al principio me ponía nerviosa pero luego, nada, si no va a la primera va a la cuarta, si ellos hacen la maniobra yo también. Ahora ya me conocen». Peor le sentó que en una autoescuela de Pontevedra le dijeran que «no daban cursos para señoras que querían títulos colgados». Tuvo que sacarse el carné en Cambados: «Cada vez que iba aprobando, venía a enseñárselo al señor de la autoescuela». Ella insiste: conducir un camión «es mucho más fácil» que un turismo.