La vida de la surfista hawaiana Bethany Hamilton podría haber cambiado drásticamente el 31 de octubre del 2003, cuando tan solo tenía 13 años y ya era una promesa mundial de este deporte. Aquel día, alrededor de las siete de la mañana, fue a la playa de Tunnels y entró al agua junto a dos amigas para hacer lo que más le gusta: disfrutar de las olas. Sin embargo, mientras esperaba tumbada sobre la tabla a que el mar ganase intensidad, un tiburón tigre le arrancó el brazo izquierdo de cuajo. Perdió la extremidad y estuvo a punto de morir desangrada.
En ese momento, la mayoría habría abandonado el sueño que había perseguido desde niña: convertirse en surfista profesional. Pero Bethany Hamilton no se rindió y semanas después del incidente ya estaba subida de nuevo a una tabla. «Para mí fue como aprender a caminar de nuevo», reconoce la deportista, que estos días compite en Galicia en el Pantín Classic, junto a las mejores del mundo.
Desde que empezó su recuperación su progresión ha sido exponencial hasta situarse en estos momentos en el puesto 16 del circuito mundial de surf. Pero la destreza encima de una tabla y el espíritu de superación no es la única virtud de Bethany Hamilton. En el arenal de Valdoviño, donde ayer ganó su manga, derrocha simpatía. «Pantín -comenta- y en general España es un lugar maravilloso y en el que se puede disfrutar de buenas olas».
La deportista, cuya vida ha sido retratada en la película The heart of a soul surfer, es consciente de que se ha convertido en un ejemplo para el resto de personas que han padecido graves lesiones en la vida. «Creo que sí», explicaba Hamilton ayer al salir del agua. «Siempre -agregaba- lo tengo presente en el fondo de mi mente, pero procuro hacer las cosas lo mejor que puedo e intento disfrutar lo máximo posible».
Expectativas en Galicia
La hawaiana es una de las favoritas en el Pantín Classic, pero no lo tendrá fácil porque en la prueba gallega luchará por la victoria con nombres ilustres dentro del circuito mundial como la líder del ránking, la australiana Sally Fiztgibbons, o la que fuera campeona del mundo, la peruana Sofía Mulanovich. «Hoy [por ayer] he entrado al agua en el mejor momento», resalta la surfista, quien añade: «Empezó a subir el mar hasta casi el metro y medio y eso me favoreció». Dominó su manga gracias a giros solo al alcance de las mejores.