Vilanova y Montijano ya son más que socios

T.I / M.L. redac.pontevedra@lavoz.es

PONTEVEDRA

11 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Verónica Montijano y José Luis Vilanova son dos emblemas del interiorismo español que un buen día decidieron unir sus caminos como socios en importantes proyectos empresariales desarrollados con éxito tanto en Pontevedra como en Valencia, con incursiones en otras zonas de la geografía nacional e internacional por las que pasean ese nuevo concepto del diseño ibérico que tanto les gusta ensalzar. Pero Vilanova y Montijano o Montijano y Vilanova, tanto monta, monta tanto, han dado un paso más y desde este fin de semana son ya también marido y mujer.

La boda se celebró en la tierra natal de la novia, Valencia, en un maravilloso entorno, la Cartuja del Ara Christi, un magnífico y singular complejo de estilo manierista levantado en el municipio de El Puig, que diseñó en el siglo XVII el arquitecto Fray Antonio Ortiz. Allí reunieron a sus familiares y amigos -algunos de los cuales se desplazaron de costa a costa para no perderse el gran día-, entre los que se encontraban destacadas personalidades de la vida política y empresarial de Pontevedra y Arousa, como el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, que acudió acompañado por su mujer Marité, guapísima, elegante y una buena embajadora de Pontevedra. La presidenta del Palau de la Música de Valencia, Mayrén Beneyto, otra de las incondicionales amigas de la pareja, celebró el enlace en su condición de concejala de la corporación que preside Rita Barberá. La novia lució una vestido en tono gris perla de una diseñadora valenciana, tan sencillo como espectacular, de corte entallado, metido de hombros, escote a la caja y una pequeña cola. La cuñada del novio, Patricia Vázquez, ejerció de madrina, y el padrino fue un hermano de la novia. Las hijas de José Luis, Estela y Carmen, y su sobrina Candela, también tuvieron su protagonismo en el evento. Otros invitados . Marina Castaño, presidenta de la Fundación Camilo José Cela, fue otra de las invitadas destacadas. Y entre otros pontevedreses, estaba la empresaria Chelo Castro, propietaria de Chamonix, que vistió a buena parte de las invitadas gallegas que acudieron a la boda de José Luis y de Verónica. Precisamente, la novia es una gran amante de la moda, que se ha empeñado en hermanar con sus elegantes interiorismos. Tras el pase privado de los míticos Manolos que la pareja organizó en Novavila, el hotel showroom que poseen en Meis, Verónica también se atrevió a abrir las puertas del magnífico VNM Espacio, de Cirilo Amorós, a los vestidos de fiesta de la actual colección de Azzaro. Y en la capital valenciana ha abierto, además, una tienda de moda, en la que destacan las propuesta de Etro.

A la emocionante ceremonia le siguió una magnífica cena y una divertida fiesta. El banquete fue servido por Gourmet Paradis, con un menú de gran exquisitez sugerido por Pedro G. Mocholi, un amigo gastrónomo de los contrayentes.