«Eu son do subsolo do Bloque e sempre que me chaman estou»

PONTEVEDRA

Su vida trancurre entre la política, la enseñanza y la investigación, fue la primera concejala nacionalista de la democracia y como filósofa es especialista en Sarmiento

01 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Pillar Allegue habla con la misma pasión de las cosas más cotidianas y de los temas más trascendentes.

Nació en el barrio coruñés de Cuatro Caminos, de lo que se siente orgullosa, y Pontevedra la enganchó cuando llegó aquí en 1973 con su marido, Vicente Vázquez, por una cuestión de oportunidad laboral. Ahora vive en Curro, pero fue vecina muchos años de la calle Sierra y es una entusiasta del Mercado de Abastos. «É marabilloso e hai que potencialo. Sempre que podo aterro no seu aparcamento e disfruto comprando o mellor peixe e os productos ecolóxicos de Pura».

Comenta que esta parte del centro histórico tiene por la mañana un colorido excepcional. «As mulleres que van mercar, as vendedoras, o pequeno comercio tradicional... Conserva un ambiente que paréceme moi representativo da Pontevedra de sempre, coa xente dos arredores que acude á capital a vender e mercar».

A escasos metros de allí está la calle Sarmiento y el entorno del Museo, cuyos fondos tienen mucho que ver con la importante faceta de Pilar Allegue como investigadora y especialista en la figura de Frei Martín Sarmiento.

Producto de su interés por la Ilustración y atraída por sus opiniones sobre Galicia, la suya fue la primera tesis doctoral de cosmovisión sobre el pensamiento del benedictino, reclamando para él un lugar destacado «como preclaro representante da Ilustración española e galega». Además, es autora de dos biografías sobre este pensador, crítico, científico, filósofo, educador y filólogo pionero en la defensa del idioma galego, «un home avanzadísimo ao seu tempo y de sorprendente sabiduría». Asegura que «todo o que se aproxima a súa obra queda prendado». Pero si apabullante es su conocimiento de este humanista, Allegue cree que Sarmiento sigue siendo un desconocido por la gran dificultad para acceder a sus textos manuscritos originales, al alcance de los investigadores, pero no del gran público.

La trayectoria de Pilar Allegue transcurre entre la política y la enseñanza, siempre desde un fuerte compromiso personal con la realidad social. Estudió dos años de la carrera en la Universidad de Santiago y los otros tres en la Complutense de Madrid, donde se especializó en Filosofía Política y Moral. El encuentro con una realidad diferente como Madrid le hizo tomar conciencia política como «nacionalista de Galicia», porque cree que se puede ser también nacionalista de España.

Siendo estudiante contactó con el Club de Amigos de la Unesco, creado en 1961 como asociación libre e independiente, defensora de los derechos humanos, la igualdad y la conservación del medio. Allí acudió a unos cursos que impartían Benchosei, Bautista Álvarez y Lois Diéguez.

En el ámbito universitario fue representante del Sindicato Democrático de Estudiantes en la lucha antifranquista. En su facultad estaban y fueron expulsados Aranguren, García Calvo y Montero Díaz, «figuras maxistrais de moitísimo tirón, o pouco que había entón na Complutense, que era un cementerio de elefantes conservadores».

Clandestinidad

Pilar acabó la carrera en 1968 y vivió el histórico Mayo con una marcada ideología y compromiso político. Sus primeros pasos como docente fueron como profesora en una filial del Instituto Isabel la Católica de Madrid. Y en el año 73 llega a Pontevedra ya enganchada al nacionalismo gallego. En ese momento estaba funcionando clandestinamente la Asamblea Nacional Popular Galega, de la que formaba parte. Es más, fue una de las cinco personas que la legalizaron. «Fomos a Madrid a falar co ministro Sancho Rof, na etapa predemocrática, Teruca Conde Pumpido, Lois Diéguez, Bautista Álvarez, Francisco Carballo e eu».

Esa plataforma de movilización social y política, impulsada por la UPG y fundada en 1975, sería la base de una candidatura electoral nacionalista y de la creación del Bloque Nacionalista Galego. Antes, Allegue participó activamente en la constitución en Pontevedra de una estructura política, coordinando a grupos de estudiantes y gente trabajadora.

En la lista que ella encabezó en las elecciones municipales del 79, le acompañaron tres camareros históricos del Carabela, Ignacio, Arturo y Eloy. Concurrieron bajo las siglas de Bloque Nacional Popular Galego y Allegue se convirtió en la primera mujer concejala nacionalista de la historia del Concello. «Foi o resultado do traballo de moitísima xente entregadísima, cun enorme fervor e gañas de facer algo polo país. E o que recibimos foi a satisfacción dun deber moral realizado, sen máis compensación». Al contrario, Pilar recuerda que muchas de esas personas que trabajaron y se implicaron públicamente en aquel momento en el frente del Bloque tuvieron problemas en su vida profesional. Y ella no fue una excepción.

«Nós sabiamos que estabamos facendo de punta de lanza e abrindo camiño, aínda que fora de maneira simbólica, para o que temos hoxe», señala. Sigue siendo del BNG. «Son do subsolo do Bloque e sempre que me chaman estou», dice. ¿Y la llaman? «Non moito», responde.

Después de 13 años dedicada casi en exclusiva a la política, compaginándola con sus clases en la UNED, en 1983 tuvo necesidad de resolver su vida profesional, recuperó la tesis que había iniciado y logró su plaza en la Universidad de Vigo. Es que, además, como especialista en Filosofía Política, siempre defendió la alternancia. «Os partidos teñen que dar paso a xente nova». Y entiende la política como «un servizo público, non unha profesión».

Como docente y persona muy comprometida en todo lo que hace, tiene un altísimo concepto de la educación y la enseñanza pública. «Esta non é unha profesión como calquera outra e debe ser servida; formamos a unha futura sociedade e iso non se pode perder de vista». Para ella, la docencia es un privilegio y la educación, algo global, en el sentido de la Paideia griega. «Nunca se termina de aprender e de ensinar».