De alumna a profesora

Chelo Lago consuelo.pontevedra@lavoz.es

PONTEVEDRA

27 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los alumnos de segundo curso de restauración del CIFP Carlos Oroza de hostelería tuvieron ayer una maestra excepcional, la recién ganadora del concurso bianual Cocinero del Año 2008, Beatriz Sotelo Sequeiros, que además, hace unos años se formó en este centro pontevedrés. Hace apenas unos días, menos de dos semanas, esta cocinera marinense se convirtió en la primera mujer en lograr el preciado galardón en un certamen organizado por otro grande de los fogones, Martín Berasategui, que se desarrolló en Barcelona, enmarcado en el Salón Alimentaria.

Beatriz Sotelo, actualmente cocinera del restaurante A Estación de Cambre, hizo un hueco en su apretada agenda para acercarse hasta el instituto donde comenzó sus estudios, pero esta vez como profesora invitada. «Yo estudié entre los años 200 y 2002 -dijo- y la experiencia fue muy buena, al igual que la de hoy (por ayer) con los alumnos». Recordó la inseguridad que se vive cuando eres estudiante, «que no sabes bien por donde tirar». La jornada se inició de mañana, con una charla sobre la trayectoria profesional, y por la tarde, preparó un menú degustación. Para ello se trajo hasta Pontevedra a Fran Pérez, «un compañero desde la EGB y también aquí en hostelería, de mi mismo curso» para preparar suculentos platos.

Entre los platos preparados ante la atenta mirada de los alumnos, figuraron sardinas marinadas con agua de tomate, papada de cerdo ibérico con espinacas, mero al vapor con caldo de jamón y carne del país con jugo de carne y alcaparra. De postre, granada con una crema de hierba luisa, y milhoja de cacao con crema de naranja. Sotelo Sequeiro no entiende muy bien como hay tan pocas cocineras de renombre en un mundo dominado de siempre por mujeres. «Quizás precisamente porque siempre fue un trabajo de mujeres y lo ven como eso, un trabajo, no tienen tiempo o ganas de competir. Yo disfruto con mi trabajo porque si no lo hiciera, no llegaría a dónde llegué y a lo que se puede seguir llegando, pues siempre hay que mejorar». Largo y duro camino. Confiesa la galardonada cocinera marinense que el camino fue duro y difícil y es consciente de que hay gente trabajando en precario, especialmente cuando empieza. «Hay algunos sitios en los que tienes que pelear con compañeros, pero en cuanto a contratos yo nunca tuve problemas. Eso sí, siempre trabajando un montón y esforzándote al máximo, y a veces sin ver reconocido tu trabajo, ya no digo económicamente porque cuando eres joven y tienes 20 años lo que quieres es aprender al máximo y el dinero pasa a un segundo plano, pero fue duro porque te tropiezas con gente que te aprecia y con quien no, con el que quiere ser siempre mejor que tú, especialmente si eres mujer...» Pero eso se acabó y ahora le toca disfrutar.

Hablando de comida y de postres, el más típico de esta época de la Pascua es, sin duda, la rosca. Y precisamente ayer, en la sede de la Asociación de Vecinos San Roque que preside Sabino Martínez Fontán, se celebró la segunda edición del concurso abierto de roscas, que este año alcanza su segunda edición. Quince particulares y panaderías se presentaron al concurso y el jurado lo tuvo bastante complicado a la hora de elegir las tres mejores. Al final, tras una larga deliberación, Elena Argüello, Araceli Filgueira, Paqui Sánchez y María Campos, que acudió en representación de su padre, Guillermo Campos, enfermo, dictaron su veredicto. El primer premio, un sanroquiño, fue para la Panadería Freire de Bueu; el segundo, para una particular, Eugenia Pérez, socia de la entidad, y el tercero, para una pastelería, en este caso de Pontevedra, Llomar, que recibieron sendas piezas de Sargadelos. Al acabar, las roscas fueron degustadas por los asistentes al acto.